Oct 01, 2024 / 09:35

Ahora a ver si como expresidente lo consienten tanto

No hay plazo que no se venza ni deuda que no se pague, dice la conseja popular. Finalmente, el presidente Andrés Manuel López Obrador desocupó el Palacio Nacional, en medio de decenas de personas que lo esperaban y que le gritaban “presidente”.


El tabasqueño salió a bordo de una camioneta blanca, en el asiento del copiloto, y durante unos segundos bajó el vidrio del auto y lanzó besos a sus simpatizantes, mientras se abrían paso entre las vallas.


López Obrador pasará la noche en su casa previo a que Claudia Sheinbaum rinda protesta como la primera mujer presidenta de México.


El tabasqueño había adelantado en su última mañanera que ayer abandonaría Palacio Nacional, alrededor de las seis de la tarde, y que pasaría la noche en su casa, ubicada en la alcaldía Tlalpan.


Nunca durmió en catre como había comentado, ni en cama plegable. Su cuarto del departamento de Palacio Nacional contaba con dos camas. Una donde empezó a dormir su hijo menor y la otra la ocupaba con su esposa.

Sus biógrafos cuentan que en su cuarto tenía una televisión de 40 pulgadas, sus toallas las dejaba a secar en la cabecera de su cama, usaba sandalias pata de gallo, su baño oloroso a jabón maja. En su buró tenía su VapoRub, pomada de la campana, en su ropero bolitas de alcanfor y su ropa y sabanas se las lavaban con pachulí.


Siempre tenía en su alacena chile amashito, totoposte, avena con cacao, cuinicuil, aparte en su refrigerador conservaba tamales de chipilín, horchata de enfrente de la catedral, agua de tamalí, dulce de naranja en hoja de joloche, longaniza de Teapa, butifarra de Jalpa de Méndez, Chocolate de Cárdenas, queso de Balancán, mantequilla de Tenosique.


El consomé de gallina y de pavo, así como el frijol con puerco fueron sus comidas favoritas que le guisaban en su departamento de Palacio Nacional.


Ahora a ver si como expresidente lo consienten tanto.

CD/GU

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