Ago 23, 2024 / 10:37

A tan sólo unos meses de las próximas elecciones, comienzan los nervios

A tan sólo unos meses de las próximas elecciones, algunos grupos políticos -no todos- comienzan a ponerse nerviosos. Los más obedientes han venido haciendo los deberes y el resultado se verá reflejado en las urnas; a otros, sin embargo, los más rezagados, les van a pillar los comicios in fraganti.


Y es que pasan los años y la clase política no termina de entender que el primer día de una campaña es el día después de conocer el resultado de las elecciones. Los partidos trabajan intensamente para obtener el mejor resultado posible y cuando finaliza el proceso, finaliza su campaña. Error garrafal.


Es aquí donde radica la diferencia entre una campaña política para ganar y una campaña política para gobernar. Si bien es cierto que en una y otra el quién (candidato), el para quién (ciudadano) y el para qué (ganar confianza) coinciden, las diferencias son considerables, algunas de las cuales tienen que ver con dos aspectos fundamentales: Espacio y tiempo.


El espacio de una campaña electoral se sitúa en Cambio Digital, en un foro, en la calle, en los medios de comunicación, en televisión, en los estudios de radio, en las asociaciones, en los barrios, en el “puerta a puerta”, en una cafetería… En todo aquel lugar que permita al candidato demandar en tiempo récord el voto. Ahora bien, si es cierto que en una campaña para gobernar el espacio se asienta en aquel organismo público desde el que se lleva a cabo la propia gestión, no menos cierto es que no se debe descuidar aquel espacio electoral, mucho más cercano, que un día propició el triunfo.


En cuanto a la temporalidad, una campaña electoral es más corta, pero también más intensa; su finalidad es postular a un candidato que genere la suficiente credibilidad y confianza como para conseguir el voto del ciudadano. Campaña para ganar. Algunas de las principales cuestiones que nos suelen plantear quienes comienzan su andadura en el mundo de la consultoría política son siempre las mismas: ¿por dónde hay que comenzar? ¿Qué aspectos debemos tocar? ¿Cómo abordar la campaña? ¿Se hacen todas igual?


Comienzan por el final, porque no hay dos campañas iguales, ni tan siquiera parecidas.


REFLEXIÓN: Pórtate mal. Pásala bien. Elimina evidencias y…¡niégalo todo!.

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CD/GU

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