“A la izquierda mundial le hace falta un revolucionario como Adolfo Gilly”

México.- El compromiso contra la injusticia, nacido de la indignación, rabia e impotencia de ver la miseria, el hambre y la represión, definió a Adolfo Gilly (Buenos Aires, 1928-CDMX, 2023) y explica su tránsito por las revoluciones latinoamericanas, dijo el historiador Felipe Ávila, uno de los coordinadores de Historia a contrapelo: Adolfo Gilly y el oficio de historiar.
En homenaje al intelectual y militante que se comprometió con muchas de las más importantes causas en América Latina, se desarrolló este libro colectivo, disponible en línea de manera gratuita. El volumen es coordinado por Ávila, Araceli Mondragón González, Tatiana Pérez Ramírez, Édgar Urbina Sebastián y John M. Ackerman.
Ávila explicó a La Jornada que en el texto, editado por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), intelectuales, compañeros de lucha e investigadores “plasman lo que había significado Adolfo tanto en el nivel personal y, sobre todo, en la influencia teórica, política, reflexiva, práctica en la obra de cada uno”.
Añadió que “Adolfo fue un revolucionario a carta cabal que nunca transigió, conservó su sencillez y humildad siempre; tenía un gran sentido del humor y, sobre todo, una empatía con los pobres, los de abajo, quienes fueron su motivo de existir: contribuir a que este mundo injusto, asimétrico, opresivo, cambiara en beneficio de las mayorías, de los excluidos, los olvidados, los nunca escuchados”.
Gilly fue ejemplo, continuó el también sociólogo, de “los grandes revolucionarios latinoamericanos que por desgracia ya casi no existen, comprometido con las luchas sociales y quien fue no solamente testigo, sino actor de todos esos acontecimientos. Es sorprendente cómo, siendo muy joven, hizo un recorrido por donde sucedían las luchas sociales y revoluciones más importantes en América Latina, donde tuvo la oportunidad de participar, reflexionar, intervenir y, después, escribir el testimonio de lo que significaban”.
El intelectual y militante estuvo en Bolivia en la revolución de los mineros de los años 50; en la Cuba que estaba consolidando su revolución; en Colombia, donde conoció al sacerdote guerrillero Camilo Torres; en Chile, asistió a una de las campañas políticas de Salvador Allende y estuvo en su triunfo electoral de 1970, la primera vez que un partido socialista tomó el poder por la vía electoral.
Gilly colaboró con los guerrilleros del movimiento M-13 en las selvas de Guatemala a mediados de los años 60, por lo que fue encarcelado en la cárcel mexicana de Lecumberri. Durante los seis años que estuvo recluido escribió el libro La revolución interrumpida. Tras su liberación en 1972, fue exiliado en Europa y ahí se vinculó con el movimiento de izquierda crítica marxista en Italia, Francia y Holanda.
Tras su regresó a México en 1976 se nacionalizó y se comprometió con las principales luchas sociales, políticas y sindicales, desde el movimiento de los electricistas en los 70, las organizaciones sociales que surgieron con el sismo de 1985 en la Ciudad de México, el neocardenismo en 1988, hasta la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En torno a las revoluciones de Nicaragua y de El Salvador realizó lúcidos análisis.
Apoyó el movimiento del Consejo Estudiantil Universitario en 1986 y al poco tiempo fue parte del gabinete de Cuauhtémoc Cárdenas, electo democráticamente para encabezar la Ciudad de México. Fue de los fundadores del Partido de la Revolución Democrática y luego apoyó el movimiento de Atenco y el de las víctimas de Ayotzinapa.
Pensamiento crítico fuera de lo común
Felipe Ávila comentó que lo anterior evidencia a “un personaje extraordinario, un gran teórico con unas facetas de pensamiento lúcido y crítico fuera de lo común, un gran periodista que supo hacer narraciones y análisis extraordinarios de lo que estaba pasando en el mundo. Tuvo una visión mundial de lo que significaban las transformaciones del neoliberalismo, el capitalismo salvaje y fue de los principales intelectuales en contra de la globalización.
“Le hace falta a la izquierda de México, latinoamericana y mundial un revolucionario como Adolfo, con ese compromiso, lucidez, capacidad explicativa y esa pluma excepcional que tenía, no solamente de una muy buena prosa, sino casi poética.”
El texto Historia a contrapelo: Adolfo Gilly y el oficio de historiar, refirió el titular del Inehrm, fue iniciativa de amigos y discípulos para conmemorar al referente de la izquierda: personas que lo conocieron, militaron, discutieron con él o que hicieron trabajos políticos o académicos y estaban en sintonía con lo que hizo Gilly.
“Se buscó conjuntar a personas que desde distintos lugares reflexionaran sobre algo en lo que Adolfo había tenido una influencia importante. Hay gente que estuvo presa con él en Lecumberri; hay algunos pensadores, investigadores, teóricos y militantes de distintos países que también compartieron con él espacios y reflexiones; hay sobre todo gente de México, donde estuvo en sus últimos 50 años”.
Entre los colaboradores están Michael Löwy, Olivia Gall, John Tutino, Anna Ribera Carbó, Rafael Barajas El Fisgón, Luis Hernández Navarro, Sinclair Thomson, Paola Pacheco Ruiz, Karla Valverde Viesca, Viviana Bravo Vargas, Miguel Ángel Ramírez Zaragoza e Israel Jurado Zapata.
El resultado es un libro, según Ávila, “muy lindo y emotivo, que rescata a una figura tan polifacética, versátil, comprometida y cuya obra es una referencia para cualquier persona que quiera entender América Latina y no sólo esta región, ya que algunas de sus reflexiones más generales son ensayos iluminadores sobre cómo funciona el mundo.
“Su vida y obra sirven para ubicar y entender mejor este presente, cómo funciona, algunos de sus principales problemas, contradicciones, y para reanimar la esperanza en que es posible cambiarlo para bien.”
El público de este volumen es la comunidad de izquierda y comprometida con la transformación del mundo. Pero sus lectores, mencionó Felipe Ávila, son las nuevas generaciones, las cuales nacieron en un mundo con más libertades y derechos, donde existe mayor difusión de la voz de las disidencias y comunicación con el resto del orbe, lo cual “ofrece enormes posibilidades de información y de discusión colectiva para estas juventudes que no vivieron las dictaduras latinoamericanas ni las revoluciones del siglo pasado ni la opresión del régimen de partido de Estado en México por 70 años, y no saben la brutal represión de 1968 y contra las guerrillas, que acaso tienen una idea muy remota del gran fraude electoral de 1988, que le arrebató la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas e impuso a Carlos Salinas de Gortari como principal representante de un nuevo proyecto de nación bajo los principios del neoliberalismo.
“Generaciones que no saben el esfuerzo que costó cambiar eso tan opresivo, aplastante y brutalmente represivo que había, que dejó en el camino a miles de compañeros, asesinados, encarcelados y torturados. A ellas es a quienes debería orientarse una reflexión sobre la vida y la obra de una persona como Adolfo.”
Con información de: La Jornada
CD/AT
Notas del día:
Sep 24, 2025 / 15:53
Sep 24, 2025 / 15:03
Beto Cobos sostiene reunión en el Ejido Antón Lizardo
Sep 24, 2025 / 14:47
PMA resguarda perritos y gatitos del albergue "La Roca" 📹
Sep 24, 2025 / 14:41
Vive el Xantolo 2025 en Poza Rica
Sep 24, 2025 / 14:40
Piden arancel por tonelada de azúcar importada para proteger ingenios y a cañeros del país 📹
Sep 24, 2025 / 14:33
Convocan a la población a sumarse a los 'XV años colectivos'
Sep 24, 2025 / 14:12
El 10 de diciembre, Informe del alcalde Alberto Islas
Sep 24, 2025 / 14:11
Aprueba baja definitiva de bienes muebles obsoletos en Xalapa
Sep 24, 2025 / 14:08
Reconoce Cabildo de Xalapa a estudiantes con excelencia académica
Sep 24, 2025 / 13:59
Acondicionan en San Andrés el Deportivo ESBIO para el próximo Reciclatón
Sep 24, 2025 / 13:54
Detienen en Michoacán a 38 presuntos miembros de la Luz del Mundo en campo de adiestramiento
Sep 24, 2025 / 13:44
Madre de Lex Asthon llamó al 911 al verlo salir armado rumbo al CCH Sur, según reportes