Jun 09, 2022 / 08:00

Evangelio del 09 de Junio de 2022


¿Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

Jueves, 9 De Junio
Jueves de la 10ª semana del Tiempo Ordinario
Calendario ordinario
San Efrén (Nisibe) , Beato Luis Boccardo

Evangelio según San Mateo 5,20-26.
Jesús dijo a sus discípulos:
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

San Juan Crisóstomo (c. 345-407)
presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilías sobre la 1 Carta a los Corintios, nº 24

«Vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda»
«El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan» (1C 10,17) ¿Qué es este pan? El Cuerpo de Cristo. ¿Y qué llegan a ser los que lo reciben? El Cuerpo de Cristo. No son muchos cuerpos, sino uno solo. ¡Cuántos granos de trigo entran en la composición de este pan! Pero estos granos ¿quién los ve? Ciertamente que están dentro del pan que ellos mismos han formado, pero nada distingue a unos de otros, por lo muy unidos que están.
Es así que nosotros estamos unidos los unos con los otros y con Cristo. Ya no son muchos cuerpos alimentados por diversos alimentos; formamos un solo cuerpo, alimentado y vivificado por un mismo pan. Por eso Pablo dice: «Participamos todos de un solo pan». Si todos participamos del mismo pan, si estamos unidos a él hasta el punto de formar un mismo cuerpo, ¿por qué no estamos unidos por un mismo amor, estrechamente vinculados entre nosotros por la misma caridad?.
Releed la historia de nuestros antepasados en la fe y encontraréis este cuadro destacable: «En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo» (Hch 4,32). Pero, desgraciadamente, hoy no es así. La Iglesia en nuestros días ofrece un espectáculo contrario; no se ven más que conflictos dolorosos, encarnizadas divisiones entre hermanos… Estabais lejos de él, pero Cristo no ha dudado de uniros a él. Y ahora ¿no os dignáis imitarle para uniros de todo corazón a vuestro hermano?… Nuestros cuerpos, hechos de arcilla (Gn 2,7) a causa del pecado habían perdido la vida y habían sido hechos esclavos de la muerte; el Hijo de Dios, les ha añadido la levadura de su carne, libre de todo pecado, en una plenitud de vida. Y ha dado su cuerpo en alimento a todos los hombres para que, renovados por este sacramento del altar, todos tengan parte en su vida inmortal y bienaventurada.

CD/GL

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