Abr 07, 2022 / 10:28

La consulta de revocación de mandato sigue dando mucho de qué hablar

Ya falta poco para ver si AMLO se va, se queda, lo quedan o quien sabe cuántas historias más. Que si el INE, qué si la revocación, que se vaya, que se quede, que la reelección, estamos a escasas horas para acabar con esa conduerma.

Han sido muchos meses, semanas y días de estrés por la pandemia y ahora por la revocación. Cientos de miles de opiniones, encontradas, diversas, dispersas, pero al fin respetadas.

Lo cierto es que el pueblo es el que manda. Al pueblo ya no se le engaña, México es otro. En muchas ocasiones se hace como si no oye la ciudadanía, pero a la hora de votar es cuando se hace la diferencia.

Cuando el pueblo sale a votar aguas es que quiere manifestar algo.

No cabe duda que el pueblo jamás se equivoca hace como que se equivoca, pero no, a la hora de votar sabe perfectamente lo que quiere.

Ya falta menos, vamos por pocas dijeran en Xalapa.

En todo este proceso se hizo la costumbre de grabar todo, hasta los de casa graban y luego se pasan los audios y luego que vienen los “balconeos”.

En opinión de Alejandro Poiré, por primera vez en la historia de México, este domingo 10 de abril habrá una consulta para la revocación del mandato del presidente de la República.

A diferencia de otras consultas convocadas por el gobierno actual –como la de cancelación del Aeropuerto– esta cuenta con pleno respaldo constitucional y legal, es decir, no es un ejercicio informal o exclusivamente con un propósito de propaganda.

En caso de que vote un total de más de 37.3 millones de personas (el 40 por ciento de la lista de electores), su resultado será de cumplimiento obligatorio. Si ese porcentaje no se alcanza, la consulta no tendrá efecto formal, aunque sí tendrá un impacto político real.

La elección está siendo organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), que a pesar de que no recibió los recursos necesarios para operarla de manera idónea, ha dado muestra una vez más de ser una institución de excelencia, de la que todos podemos sentirnos orgullosos.

Quienes contarán los votos serán ciudadanas y ciudadanos elegidos al azar y capacitados por el INE, y habrá observadores ciudadanos, además de mecanismos de conteo y reporte similares a los que estamos acostumbrados.

Es decir, será una elección que, como todas las que organiza nuestra autoridad electoral, será confiable, transparente y legal.

Sin embargo, el entorno político que acompaña a la revocación es más complejo.

De parte del gobierno y su partido hay una campaña permanente de desprestigio del INE –hay que ser francos, esto no ha cesado desde 2006– que ha impedido que el ejercicio se realice de manera óptima, y que es el trasfondo en el que muchas personas se cuestionan sobre la decisión de participar o no.

Tres datos nos dan contexto para ello. Primero, en las elecciones intermedias de 2021 –siendo de muy alta participación– solo votó el 52 por ciento del padrón.

Segundo, en la consulta popular sobre los expresidentes de agosto pasado, solamente votó el siete por ciento del electorado.

Tercero, alrededor del 57 por ciento de la población aprueba al presidente. Esto quiere

La consulta de revocación de mandato que se realizará el 10 de abril próximo sigue dando mucho de qué hablar.

CD/YC

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