Félix Fulgencio Palavicini Loria. “… un hombre de controversia…”, nació en Teapa, Tabasco, el 31 de marzo de 1881 y murió en el Distrito Federal el 10 de febrero de 1952.

Ingeniero topógrafo egresado del Instituto Juárez de San Juan Bautista, hoy Villahermosa, en 1901. En Tabasco fundó y dirigió el periódico El Precursor. En 1903 se trasladó a la Ciudad de México y se tituló en la Escuela Normal de Profesores (1906).

Viajó a Europa becado por Justo Sierra y estudió en el Conservatorio de Artes y Oficios de París (1906-1907). Regresó a México en 1907 y se encargó de la organización de varias escuelas industriales.

En 1908 fundó el periódico El Partido Republicano. Con Filomeno Mata organizó en 1909 el Centro Antirreeleccionista y acompañó a Francisco I. Madero en su primera campaña de propaganda, al término de la cual dirigió El Antirreeleccionista.

Fue director de la Escuela Industrial de Huérfanos (1911), diputado por Tabasco en la XXVI Legislatura (1911-1913), en la que formó parte del Grupo Renovador; se opuso al golpe de estado de Victoriano Huerta y fue encarcelado en 1913. Liberado al año siguiente, se encargó de la Secretaría de Instrucción Pública (25 de agosto de 1914 al 26 de septiembre de 1916) en el gabinete de Venustiano Carranza. En su gestión unificó la enseñanza del español, convocó a concursos para la redacción de los libros de texto, redactó un proyecto de autonomía universitaria e impulsó la enseñanza rural.

En octubre de 1916 fundó el diario El Universal, el más antiguo de la capital del país, y posteriormente El Globo, El Día y la revista Todo. Algunas de sus colaboraciones periodísticas las suscribió con el seudónimo de Pinacivila. Fue diputado al Congreso Constituyente de 1916-1917, diputado federal (1917-1919), embajador extraordinario ante los gobiernos de Inglaterra, Francia, Bélgica, Italia, España (1920) y Argentina (1938-1942), y presidente del Congreso Mexicano del Niño (1921-1924). Colaboró en El Universal y en El Universal Gráfico.

En la reedición (1976) de su principal obra. Los diputados, lo que se ve y no se ve de la Cámara (1913), Fernando Zertuche Muñoz, director del Fondo para la Historia de las Ideas Revolucionarias en México, escribió que no es fácil ni exacto sostener que Félix Fulgencio Palavicini fue un “desleal e infiel revolucionario” que aprovechó su amistad con Madero y con Carranza- tal como lo pretenden sus detractores-ni tampoco -como lo quiso el propio Palavicini- que sus acciones encontraban oposición sólo por haber “sido leal a los ideales que lo llevaron a la lucha y a los hombres que me honraron con su confianza”.

Es curioso, sin duda, constatar que los esfuerzos de Palavicini producían siempre airada oposición. Sus propias memorias, publicadas bajo el título de Mi vida revolucionaria, aun sin quererlo su autor, sólo reseñan en sucesivas ocasiones sus relevantes tareas y después -de inmediato- los cargos, las acusaciones y los problemas que suscitaban esos hechos y, desde luego, la correspondiente defensa.

Luis Cabrera, entre otros, dejó un testimonio ferozmente contrario a Palavicini, en la introducción histórica de su obra política redactada en 1920:

… el grupo antirreeleccionista quiso tener su periódico y al efecto fundó El Antirreeleccionista. Desgraciadamente, puesto éste en manos de Félix F. Palavicini, no sólo no correspondió a lo que él debía esperarse, sino que, mercantilizado por su director, que desde entonces daba ya pruebas de ser un buen mercader de ideas, fue un periódico anodino que no ayudó al partido y que no produjo ventajas fuera de las pecuniarias para su director…

En cuanto a los diputados, Zertuche apuntó:

Si Félix Fulgencio Palavicini no logró los autorretratos que pretendía, indudablemente dejó una galería de quienes formaron, participaron y modelaron la XXVI Legislatura. Dejó también en sus páginas un panorama certero, vivo y claro del valor de la Cámara de Diputados y del Poder Legislativo en su conjunto cuando con libertad, pasión y talento, tratan de cumplir su misión constitucional. Volvió perdurable la acción de un grupo de compatriotas que dieron testimonios de sus ideas y de sus compromisos políticos con que inauguraron, en forma extraordinaria, la labor legislativa de la revolución.

CD/YC