Mar 13, 2022 / 08:37

Anécdota de la periodista Elena Poniatowska

Cuando comenzó su carrera de periodista en el diario Excélsior, en 1953, la mexicana Elena Poniatowska -que en 2013 ganó el Cervantes, el premio mayor de la literatura en castellano- pensó que sería conveniente firmar con el apellido de su madre, una mexicana de ascendencia francesa, llamada Paula Amor. Pero su tía poeta, Guadalupe Amor, la reprendió severamente: “Tú eres una pinche y yo soy una diosa, así que quítate ahorita mismo esa idea de la cabeza”.

Pensó entonces Elena que sería divertido firmar como Dumbo, en homenaje al elefantito de los cuentos infantiles. Pero se topó con otro obstáculo: había en ese periódico otra muchacha que firmaba como Bambi, y al editor no le interesaba “trabajar con todo el zoológico de Disney”. De manera que no le quedó más remedio que firmar con su verdadero nombre y apellido, heredado de un noble francés de ascendencia polaca. 

“El periodismo te come, es como una droga”, define la autora de La noche de Tlatelolco (1971), magistral relato de la matanza estudiantil de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, que con el tiempo se convertiría en una pieza ineludible de la historia de la crónica latinoamericana. En aquel libro, Poniatowska recopiló una serie de testimonios que recogen el pensamiento y sentimiento de personas a favor y contra el movimiento estudiantil. La segunda parte del libro se trata de la noche de la masacre y los sentimientos de los estudiantes, víctimas y familia. Consagrada como una de las grandes escritoras de narrativa del continente, la autora es también dueña de una trayectoria periodística que la convirtió en uno de los referentes intelectuales de México

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