Mar 08, 2022 / 12:47

Los años pasan factura

Bien lo comenta el paisano Ramón Zurita Sahagún que los 93 años de fundado le están empezando a pesar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) que desde la pérdida de la Presidencia de la República en 2018 no levanta cabeza y como dijera “Don Teofilito” ni la levantará y se advierte difícil lo haga en breve.

El antes partido invencible que hasta 1989 no había perdido nunca un gobierno estatal necesita recobrar algo de esa vigencia del pasado si es que quiere subsistir en lo futuro.

Dos fracasos recientes hacen prever que los priistas se encuentran en unas arenas movedizas en que cada elección los hunde más y amenaza con pasar a convertirse en uno más de los partidos satélites, dejando en el olvido aquellos años de grandeza en que sostuvo la Presidencia de la República por más de 70 años consecutivos.

Los priistas habrán de enfrentar un nuevo reto el cinco de junio del presente año cuando vaya a las urnas a competir con candidatos propios en 4 de los seis estados en juego.

Es una urgente necesidad para los tricolores obtener cuando menos un triunfo en esos comicios si es que quieren seguir siendo tomados en cuenta por los electores, ya que de no hacerlo sumaría una nueva cadena de fracasos, después de lo sucedido en 2018, en que cayó su candidato presidencial, el que fue enviado por segunda ocasión hasta el tercer lugar de las preferencias y tres años más tarde perdieron los ocho estados que gobernaban y quedaron reducidos a solamente cuatro entidades en las que mantienen a un representante de este partido al frente del Ejecutivo local.

Ahora puede caer uno de los tres estados en que los ciudadanos jamás han sido gobernados por alguien ajeno a ese instituto político.

Hasta mayo de 2021, los priistas mantenían cinco estados en que nadie sin militancia priista podía gobernar, aunque en junio de ese año cayeron Campeche y Colima en manos de los opositores.

Ahora toca el turno a Hidalgo en que cacicazgos sucesivos impidieron a los opositores al tricolor gobernar y ahora se podría romper esa racha.

Los priistas mandaron una de sus últimas joyas como candidata a gobernadora, Alma Carolina Viggiano Austria, secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional y esposa del coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira. Se habla que Morena dejará en manos del PRI Hidalgo a cambio que los diputados federales y senadores le den el voto a Morena para la aprobación de la reforma energética.

De no conseguir la victoria, la cifra de estados jamás gobernados por la oposición se reduciría a dos, cuyo proceso electoral se efectuará el año próximo, Coahuila y Estado de México.

Para los priistas el reto está cercano y deberán redoblar esfuerzos en los cuatro estados en los que sus candidatos tienen esa militancia que son Durango, Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo, yendo en alianza en los dos primeros con un candidato de extracción tricolor, mientras que en los restantes dos van solos. En los otros dos estados Aguascalientes y Tamaulipas, los priistas avalan al candidato de la alianza que proviene del Partido Acción Nacional.

CD/JV

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