Mar 03, 2022 / 07:19

Genio y figura…hasta la sepultura ese fue Mauro Loyo

El doctor Mauro Loyo Valera…fue un hombre muy enamorado…al fin médico, estuvo siempre enamorado…pero de la vida…de la vida…y de su profesión.

Como servidor público fue excelente. De buen humor se presentaba a las juntas del gabinete legal y ampliado que cada lunes había instaurado en ese tiempo el gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velasco.

Le gustaba la bohemia. Era excelente anfitrión. Mezcla de la Cuenca del Papaloapan y Veracruz. Su familia era de raíces de Chacaltianguis, Cosamaloapan y el Puerto Jarocho.

Hizo buena amistad con Juan Maldonado Pereda quien fue secretario de Educación de Veracruz en esa administración estatal.

Traían por “la calle de la amargura” al licenciado Francisco Berlín Valenzuela. Y es que en la junta de gabinete todos los Secretarios de Despacho competían por ver quien llegaba más elegante. Los finalistas siempre eran don Juan Maldonado Pereda y Mauro Loyo Varela y quien metía la pulla, el desorden, que casi no se le daba era Ramón Ferrari Pardiño. En Tanto que Berlín Valenzuela se sentía el “Dandy” del gabinete, el mejor vestido. Al final de la junta de gabinete Ferrari Pardiño con su acostumbrado sarcasmo gritaba a los cuatro vientos… “el galardón de hoy es para”……..y se compartían los premios Mauro Loyo Varela y Juan Maldonado Pereda. En más de una ocasión salió más bravo que un guao y con justa razón el licenciado Berlín, no aguantaba las bromas. Al quite le entraba de vez en cuando Lorenzo Lazo Margáin de fina ironía, quien decía al doctor Mauro, tu si eres secretario en referencia a Berlín que era subsecretario de asuntos políticos. Le hicieron ver su suerte. Mala la flota.

Una anécdota que le gustaba repetir al doctor Mauro Loyo era cuando en plena cirugía de cerebro y en su nerviosismo y tensión pide a uno de sus asistentes que le pasara esa madre, refiriéndose a una válvula, entonces hicieron pasar a una religiosa y se atacaba de risa cuando contaba ese chiste.

Con el director General de acción social y giras del licenciado Miguel Alemán Velasco, licenciado José Luis Enríquez Ambell guardó buena amistad el doctor Mauro Loyo Varela posiblemente porque era muy amigo de su padre José Luis Enríquez González (qepd) y de su tío abuelo, su colega médico neurólogo Antonio Zárate Méndez, con quienes les unió paisanaje cuenqueño y con quien operó en muchas ocasiones.

Mauro Loyo Varela fue un médico reconocido internacionalmente. Fue un Guerrero, luchó durante siete años contra el cáncer.

Profesor por más de 40 años para las nuevas generaciones creó más de 53 instrumentos maleables para la neurocirugía que son de uso internacional.

Solía decir: “Todos los instrumentos que yo he hecho son maleables, son únicos en el mundo”.

Recibió múltiples galardones, entre ellos el Premio Scoville que le otorgó en 2013 la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía (WFNS, por sus siglas en inglés), es el primer un especialista latinoamericano con esa alta distinción.

El gremio de la medicina ya comenta que se fue Mauro Loyo Varela y ya se le extraña, como solo se le puede extrañar a los grandes.

Se fue como solo se van los grandes, revestido de una dignidad suprema, dando catedra incluso en la muerte.

Deja un gran vacío y por lo mismo un gran legado. Mañana contaremos otra historia de cuando acompañó a Miguel Alemán a Los Pinos.

CD/YC

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