
¿Hasta dónde llega la obsesión por vernos perfectos?
La delgada línea entre mi opinión y la tuya
Julio Vallejo
Cada día que pasa descubro un par de rayitas más en mi rostro. Muchos años vividos marcan mi piel, esa piel que antes se veía como un lienzo; ahora, luce como esas ollas de frijoles que se ponen a la lumbre, para luego fregarlas con una fibra de alambre y un poco de arena para quitarles el tizne. ¡Oh, por Dios, «juventud, divino tesoro»! Todo un cambio frenético, la transformación a la edad adulta. Aun así, esto no me impide mirarme al espejo todos los días sin importar lo doloroso que pueda ser, porque soy valiente, honesto y poderoso. Ante tanta autoestima, el espejo solo sonríe y me avienta un beso.
Las manecillas del reloj nunca se detuvieron y marcaron una distancia del tiempo. En ese momento, me saltó la alarma sobre los jóvenes: ¿Qué pensarán ellos al tomarse fotos y subirlas a Instagram?. Constantemente ocupan programas de edición de fotos en sus móviles o los famosos filtros de Instagram y Snapchat , pero algo curioso es el aumento en uso de cremas para conservarse jóvenes.
El “skincare” se volvió un fenómeno global donde los algoritmos, los influencers, y las nuevas marcas son el nuevo ideal de belleza digital; el cuidado de la piel dejó de ser asunto de los adultos y paso a preocupar a la generación Alpha, esa generación donde niñas de 8 años en adelante ya tienen rutinas de cuidado de la piel y todo por querer ser perfectos.
Lo que parecería un tema sin relevancia, se convierte en un asunto de preocupación. Los jóvenes están cada vez más expuestos a la insatisfacción corporal, lo cual repercute directamente en su salud mental y, peor aún, en ocasiones los lleva al pensamiento suicida, de ahí la importancia de brindar atención oportuna.
Hoy en día, los jóvenes son más vulnerables a las imágenes de los personajes que ven en la televisión, revistas e internet. Todos en conjunto bombardean a la juventud con rasgos y cuerpos perfectos, seduciendo a este grupo social tan sensible, que además ha sido afectado por la pandemia en aspectos culturales, económicos, laborales, académicos y familiares. A todo ello, se suman los problemas de salud mental, las adicciones y las crisis emocionales, como la falta de aceptación de sus propios cuerpos.
Cada vez que se miran al espejo, se obsesionan con su apariencia física, lo que puede derivar en un trastorno dismórfico corporal, el cual consiste en verse feos o deformes ante el espejo, causándoles ansiedad y vergüenza social, afectando severamente su vida diaria. Por otra parte, la "dismorfia de los selfies" —la obsesión por la propia imagen distorsionada con filtros a golpe de cirugía— genera baja autoestima y ansiedad crónica que los aísla de la sociedad.
La cultura y la globalización reflejan una época en la que los ideales de belleza son irreales e inalcanzables, contrastando su "yo" retocado con su "yo" real. México ocupa el tercer lugar a nivel mundial en realizar cirugías estéticas, solo después de Estados Unidos y Brasil; ¿Qué opinas de que los jóvenes, ya forman parte de esas cifras?.
CD/VC
* Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Cambio Digital.
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