Nov 03, 2025 / 16:42

Cometa 3I/ATLAS reaparece con un brillo inusual: Nadie sabe qué lo causa

Se espera que el cometa alcance su punto más cercano a la Tierra en diciembre, acercándose unos 270 millones de kilómetros del plantea, antes de continuar su travesía

La aparición del cometa 3I/ATLAS en el cielo ha vuelto a poner sobre la mesa una de las advertencias más inquietantes del físico británico Stephen Hawking. Y es que el científico había alertado sobre el riesgo de intentar comunicarnos con civilizaciones extraterrestres. Aunque la NASA confirmó que el objeto interestelar no representa peligro para la Tierra, su paso ha despertado un intenso debate científico y filosófico sobre lo que podría significar realmente el contacto con vida extraterrestre.

El 3I/ATLAS es un cometa procedente del espacio profundo, el tercer visitante interestelar confirmado después de Oumuamua y Borisov. Fue descubierto en julio de 2025 por el sistema de observación ATLAS en Chile, y desde entonces ha fascinado a astrónomos de todo el mundo por su composición inusual y su brillo, que llegó a igualar el del Sol. Se espera que el 19 de diciembre de 2025 alcance su punto más cercano a la Tierra, a unos 270 millones de kilómetros, antes de continuar su travesía hacia el espacio interestelar.

Para la ciencia, su paso representa una oportunidad única de estudio. Pero para muchos, también ha despertado temores y especulaciones. La advertencia de Hawking, expresada hace más de una década en su documental "Into the Universe", resurgió con este cometa, puesto que algunas personas temen que pudiera tratarse de extraterrestres.

El cometa 3I/ATLAS es considerado una rareza cósmica. A diferencia de los cometas del sistema solar, sigue una trayectoria hiperbólica, lo que significa que no está ligado gravitacionalmente al Sol. Los análisis iniciales indican que contiene niveles inusualmente altos de dióxido de carbono en relación con el agua, lo que sugiere que se formó en condiciones muy distintas a las que conocemos.

De acuerdo con la NASA, posee una coma brillante y una cola compuesta de gas y polvo liberados al acercarse al Sol. Aunque se trata de un espectáculo astronómico impresionante, el cometa no es visible a simple vista. Para observarlo se requiere equipo especializado, como telescopios o binoculares astronómicos de gran apertura y, preferiblemente, cielos despejados lejos de la contaminación lumínica.

Ahora, los astrónomos Qicheng Zhang, del Observatorio Lowell en Arizona, y Karl Battams, del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos, dieron a conocer un estudio en el que reportan que el cometa 3I/ATLAS experimentó un incremento notable en su luminosidad conforme se aproximaba al Sol, especialmente durante los meses de septiembre y octubre.

Durante ese periodo, el fenómeno fue monitoreado por el satélite GOES-19 de la NOAA y por el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), operado en conjunto por la ESA y la NASA. Con base en los datos obtenidos por ambos instrumentos, los investigadores publicaron un análisis en la plataforma arXiv, donde describen un “aumento repentino e inusual del brillo del cometa”, lo que sugiere cambios dinámicos en su composición o estructura mientras se desplazaba por el sistema solar interior.

Aunque la NASA insiste en que el 3I/ATLAS mantendrá una distancia segura y no representa riesgo alguno para el planeta, su estudio despierta una fascinación particular porque proviene de regiones del espacio donde el ser humano nunca ha tenido contacto directo..

En los próximos meses, el Proyecto Galileo, dirigido por Avi Loeb, continuará monitoreando el comportamiento del cometa y posibles señales anómalas en su entorno. Aunque hasta ahora no hay evidencia de que se trate de una nave o sonda artificial, los investigadores no descartan ninguna posibilidad hasta tener más datos.

Con información de: El Heraldo

CD/RR

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