Ago 08, 2025 / 14:44

Comer papas fritas más de 3 veces por semana aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, estudio

Comer patatas fritas de forma habitual puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, advierte un estudio

Crujientes, doradas y tentadoras… las patatas fritas son el antojo perfecto para muchos, pero la ciencia advierte que este placer puede tener un costo alto para la salud, en especial en lo que se refiere al aumento de los niveles de azúcar en sangre.

Un estudio publicado en The BMJ analizó la relación entre el consumo de patatas fritas y la incidencia de diabetes tipo 2, encontrando que quienes las comen con frecuencia presentan un riesgo significativamente mayor, incluso tras ajustar por factores como peso, actividad física y dieta general.

¿Qué reveló el estudio sobre las patatas fritas y la diabetes?
Investigadores de Harvard School of Public Health siguieron durante más de 20 años a 150,000 personas de Estados Unidos, registrando su ingesta de patatas y productos derivados.

El hallazgo más llamativo: comer patatas fritas cuatro o más veces por semana se asoció con un aumento del 33 % en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con quienes las consumían menos de una vez al mes.

¿Por qué las patatas fritas pueden ser un problema?
El problema no es la patata como tal. Según el International Potato Center (CIP), este tubérculo es una fuente valiosa de potasio, vitamina C y fibra si se consume cocido o al vapor.

El riesgo surge al freírlas:

  1. Se incrementa el índice glucémico, provocando picos de azúcar en sangre.
  2. Se absorben grandes cantidades de grasas saturadas o trans.
  3. La alta temperatura de fritura puede generar compuestos como la acrilamida, relacionada con estrés oxidativo y resistencia a la insulina.

Diferencia entre patata frita y otras preparaciones

El estudio encontró que:

  • Patatas al horno o hervidas no mostraron la misma asociación negativa.
  • Sustituir patatas fritas por cereales integrales o legumbres redujo hasta un 12 % el riesgo de diabetes.

Este patrón sugiere que la forma de preparación y la combinación con otros alimentos es tan importante como el alimento base.

Factores que amplifican el riesgo

  1. Consumo junto a bebidas azucaradas o comidas rápidas.
  2. Sedentarismo.
  3. Dieta alta en carbohidratos refinados.

Este efecto es más pronunciado en personas con predisposición genética a la resistencia a la insulina.

¿Significa que hay que eliminar las patatas?

No necesariamente. Los expertos recomiendan:

  • Limitar el consumo de patatas fritas a ocasiones esporádicas.
  • Priorizar métodos de cocción saludables.
  • Acompañarlas de proteínas y vegetales para moderar la carga glucémica.

Recomendaciones prácticas para reducir el riesgo

  • Cambia patatas fritas por camote al horno.
  • Usa freidoras de aire para reducir el aceite.
  • Evita freír con aceites reutilizados.
  • Controla el tamaño de la porción.

La advertencia no es para demonizar un alimento, sino para reconocer que la forma en que lo preparamos puede cambiar su impacto en la salud. Las patatas fritas pueden ser un placer ocasional, pero hacerlas parte de la rutina podría acercarte a un diagnóstico de diabetes tipo 2 más rápido de lo que imaginas.

Ante cualquier duda sobre tu dieta o riesgo personal, consulta siempre con un médico o nutricionista. Tu salud metabólica se construye plato a plato.

Con información de: Excélsior

CD/VC

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