Como sociedad hemos llegado al punto de inflexión que la verdad polemiza con los vanidosos, egocentristas, cínicos, que buscan imponer hechos alternativos como una realidad cotidiana, que, si no la creemos o no estamos convencidos de esa certeza, somos conspiradores del nuevo orden social, político.

Esta es la preocupación que embarga al ciudadano del mundo, que observa como el fundamentalismo y el populismo, cada día erosiona a la colectividad, sembrando el odio y el resentimiento. Genera con hechos alternativos el genocidio en Gaza o pone al mundo en el umbral de la Tercera Guerra Mundial con el ataque sorpresivo de Donal Trump al “laboratorio nuclear” de Irán. Sin olvidar la guerra de Rusia contra Ucrania, que ha causado la muerte de más de 12 mil civiles desde hace tres años, pero desde hace once años ocupa Crimea.

En México, la disminuida oposición del PRIAN acusa a MORENA de instaurar un régimen autoritario, al aprobar la Ley de la Guardia Nacional, de Telecomunicaciones y la Reforma Judicial, pues militarizará la seguridad pública, censurará la libertad de expresión, cancelará la privacidad ciudadana y el poder judicial solo obedecerá al ejecutivo federal.

La narrativa falsa de la información del PRIAN, pretende disminuir la confianza de los mexicanos hacia la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que, según El Financiero, tuvo una aprobación del 76%, y un 22% desaprobó su trabajo, en la encuesta de junio.

Desde que asumió la titularidad del Ejecutivo federal, la presidenta Sheinbaum enfrenta diariamente una campaña de desinformación del grupo de Ricardo Salinas Pliego, que se niega a pagar 74 mil millones de pesos de impuestos al SAT, deuda que tiene desde el 2008; además de otros grupos y poderes fácticos.

Hoy los medios de comunicación y periodistas profesionales tenemos una gran ventana para recuperar la confianza que hemos perdido con la ciudadanía, siempre y cuando dejemos de privilegiar el raiting y los tiros de ejemplares con información amarillista.

Ryszard Kapuscinski anotaba que vivimos dos historias distintas: la de verdad y la creada por los medios. «…nuestra profesión no puede ser ejercida correctamente por nadie que sea un cínico».

CD/GU