Abr 22, 2025 / 05:00

Cien años de Rita Macedo: La actriz mexicana que trabajó con Ripstein y Buñuel

Aunque también trabajó en teatro y televisión, la carrera de la diva del cien de oro mexicano Rita Macedo encontró su cumbre en cintas como “El ángel exterminador” y “El castillo de la pureza”

Una mujer enigmática, con suerte, madre despreocupada y considera para otras cosas, enamoradiza, ligeramente cariñosa, liberal en algunos ámbitos y cerrada en otros, una persona adelantada a su tiempo es como podría describirse la personalidad de Rita Macedo, una actriz que despuntó en la Época de Oro del cine en México, pero que tuvo un desenlace inesperado y trágico.

Bautizada como María Concepción Macedo Guzmán, hoy se cumple el centenario del nacimiento de Rita Macedo, cuyos padres fueron Miguel Macedo y la escritora Julia Guzmán.

Su infancia fue dura, desde los dos años de edad fue inscrita a distintos internados tanto en México como en Estados Unidos, alejada de sus padres.

Al crecer, Rita se enfocó en la actuación. Su carrera la inició en 1942 con la cinta “Las cinco noches de Adán”, del director Gilberto Martínez Solares, gracias a la invitación del productor Mauricio de la Serna.

Continuó con “El ángel negro” en ese mismo año, del director Juan Bustillo Oro; “Internado para señoritas” (1943) y “El ropavejero”, del director Emilio Gómez Muriel y con el guion de Joaquín Pardavé.

“Yo no creo que mi mamá haya tenido nunca éxito en la actuación, tuvo suerte en un principio, le costó, pero nunca logró llegar a ese lugar donde estaban las grandes, no sé si por su genio o qué, pero le iba bien por bonita porque sabía cómo colocarse cuando las oportunidades se le presentaban”, afirmó su hija menor Cecilia Fuentes, quien rescató las memorias que su madre dejó inconclusas en el libro “Mujer de papel”.

En 1948, el director Julio Bracho lanzó “Rosenda” la cinta que representó el lanzamiento a la fama de Rita, al ser protagonista junto a Fernando Soler; desde entonces y por sugerencia del director cambió su nombre artístico a como se le conoce hoy.

“‘Rosenda’ fue una película que ella quería mucho porque fue su primera gran oportunidad, desgraciadamente no pasó mucho con la cinta, yo sí la vi y le daba mucha ternura verse, le encantaba que hubiera dos finales y nunca supieras cuál ibas a ver”, contó su hija Cecilia en entrevista con El Sol de México.

Con Julio colaboró también en “Felipe de Jesús” (1949), mientras que con Emilio “El Indio” Fernández trabajó en “Duelo en las montañas” (1950). Con Ernesto Cortázar filmó “Por querer a una mujer”, donde colaboró junto a Pedro Armendáriz, “El señor gobernador” y “Corazón de fiera”, todos en 1951.

Pero las producciones favoritas de Rita fueron “Nazarín” (1959), que dirigió el cineasta Luis Buñuel y con quien estrechó una buena amistad y repitió en “Ensayo de un crimen” (1955) y “El ángel exterminador” (1962), que protagonizó Silvia Pinal.

Otra de las cintas que más valoró fue “El castillo de la pureza” (1973), del director Arturo Ripstein.

“De más grande estudió actuación en una escuela de Londres, creo que era bastante mala actriz de joven, después de sus cursos en Inglaterra aprendió a colocar la voz y por eso sus papeles ya más adultos son mejores, a partir de que regresó a México y ahí fue cuando ganó premios, aprendió a modularse, a controlarse y se convirtió en una buena actriz, antes fue suerte y muchos papeles disponibles en los diferentes ámbitos del cine y en teatro porque ella se producía las cosas que sabía que le iban a quedar bien”, comentó Cecilia.

Su paso en Hollywood fue breve ya que participó en los largometrajes “A Bullet for Billy the Kid” (1963) y “Once Upon a Scoundrel” (1973).

“Fue muy decepcionante y aterrador, supongo así era para todas las latinas y la que aguantaba vara era a la que le iba bien, pero a ella no le fue nada bien y jamás iba a dejarse por los extranjeros; en México se dejó por todo mundo, pero allá, por alguna razón no podía con las reglas de: ‘deja que te meta mano y te doy la chamba’.

“No sé por qué, si en México se dejó de todos los tarados que había, ¿por qué no lo hizo allá?, tal vez otra sería nuestra historia, de todos, desgraciadamente no fue así, fue una tortura y salió corriendo, tonta siempre fue muy tonta para las cosas así”, enfatizó Cecilia Fuentes.

Rita logró casi un centenar de créditos en producciones televisivas y cinematográficas y en 1972 fue ganadora de un Premio Ariel en la categoría de Mejor Actriz por su trabajo en “Tú, yo, nosotros”.

Inestable en el amor
En su vida sentimental siempre sufrió desamor. Se casó en tres ocasiones. En 1943 unió su vida al productor de teatro y televisión Luis de Llano, con quien procreó a: Julissa (1944) y al también productor Luis de Llano Macedo (1945). Para 1946 Rita se divorció.

Su segundo matrimonio con Pablo Palomino concluyó con violencia y maltratos.

Mientras que con Carlos Fuentes, su tercer esposo y con quien dieron la bienvenida a su hija Cecilia Fuentes, fue con quien, supuestamente fue más feliz, sin embargo, todo cambió cuando el escritor de “Aura” comenzó a serle infiel y toleró comportamientos inapropiados.

“Mi mamá me empujó mucho a que yo le agarrara mucho rencor a mi papá, en cosas que pude comprobar que no eran reales, pero yo debí haber estado muy ciega porque ahora que releo cartas de mi papá, veo que estuvo atento, al pendiente y que escuchaba mucho a mi mamá. Mi papá realmente no fue tan horrible como ella me hacía creer y pues yo me cegué mucho.

“Mi papá no fue tan distante como mi mamá lo dijo, mi mamá era rencorosa, obviamente me vuelvo a enojar con él al ver lo injusto que fue con su legado y conmigo”, confesó Cecilia.

Muerte inesperada
Entre sus últimos trabajos destacaron las telenovelas “Herencia maldita” (1986), “Un nuevo amanecer” (1988), “Alcanzar una estrella” (1990), mientras que en el cine fue “Cambiando el destino” (1992).

En diciembre de 1993, a la edad de 68 años, Rita Macedo se suicidó, dentro de su vehículo, al interior de su casa, en San Ángel, en la Ciudad de México. Es posible que nunca se sepa la razón por la que lo hizo, sin embargo, se atañe a problemas de depresión y desamor.

“Desde que mi papá se fue, ella entró en una depresión constante y eterna hasta el último día de su vida, aunque tuvo sus novios que la hacían feliz, por momentos se reía y hacía trabajos que le gustaban, pero creo que hasta que empezó a escribir sus memorias, captó todo lo que había hecho y le volvió a doler todo lo de mi papá o fue pura coincidencia que hasta ahí pudo escribir, no lo puedo saber porque sí fue bastante sorpresivo que se fuera así.

“Yo sé que se sentía mal y que todos los doctores la checaban y le decían que no tenía nada, entonces no sé cuánto fue psicológico y cuánto físico, pero para mí nunca se recuperó de toda su vida con mi papá, porque realmente fue el único momento que fue feliz, cuando lo perdió y toda la gente le dio la espalda se perdió ella misma y nunca hizo nada por sanarse”, aseguró Cecilia.

Antes de morir, Rita escribía su libro biográfico, en donde recopiló cada uno de los momentos importantes de su vida. Su hija decidió concretarlo, lanzándolo bajo el título: “Mujer en papel: Memorias inconclusas de Rita Macedo. Recopilación y edición Cecilia Fuentes”. Actualmente ya publicó la quinta edición, la cual incluye material fotográfico inédito.

Con información de: El Sol de México

CD/AT

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