Jalisco.- Hoy acudí a atención a la clínica 3 del IMSS de Guadalajara, Jalisco, y les cuento una historia.

Resulta que el médico del consultorio 28 no llegó (por razones que desconozco, así que no juzgamos).

Nos dicen entonces que nos van a mandar a la famosa y terrible unifila.

Unos minutos después, llega un doctor de nombre Jesús Hernández. Este médico, acomoda sus cosas en el escritorio de la asistente, le trae una silla y toma la computadora para comenzar a atendernos porque como pueden observar el consultorio estaba cerrado y ocupado por la Dra. del matutino, que sólo ella sabe que hacía adentro, porque trabajar no era (ya no tenía pacientes).

Pues este médico, Jesús, se acomoda, se pone su bata y comienza a atender a sus pacientes en este escritorio (a diferencia de muchos que primero besan a todas la asistentes, pagan la tanda, se ponen al corriente en el chisme) a lo que vino, a cubrir el turno de quien no llegó.

Unos minutos después ya sale la del matutino y entró a finalizar mi atención dentro del consultorio.

Estando dentro le agradezco por su gesto de amabilidad y sensibilidad a los pacientes que ya teníamos tiempo esperando y me dice:, "Absolutamente nada que agradecer, debemos ser más sensibles y conscientes de los tiempos de las personas".

¡Pfff! IMSS necesitan clonar a este médico, en serio. Los pacientes de por sí ya vamos con una enfermedad, largos tiempos de espera, dolor, cansancio, etc. Y estos pequeños pero a su vez enormes gestos hacen la diferencia.

Dr. Jesús Hernández, gracias por hacer la diferencia, tu pequeña decisión de hoy, tu proactividad y empatía hacía los derechohabientes hablan no sólo de tu profesionalismo, sino de tu humanidad.

Ojalá tu ejemplo llegue a muchas personas.

Si te gustó, hagamos viral a Jesús.

Por una atención digna.

CD/YC