Los casos de acoso escolar o bullying, que se han denunciado o registrado en las últimas semanas en los planteles escolares de Tabasco, deben tener un seguimiento puntual por las autoridades competentes, maestros y padres de familia, para evitar que la violencia física, psicológica, verbal o cibernética, sea una conducta “normalizada” entre los tabasqueños.

El bullying es un fenómeno social que se ha incrementado en los últimos diez años en México. En 2016, la OCDE aseguraba que México ocupaba el primer lugar a nivel internacional en casos de bullying en educación básica, mientras que la CNDH revelaba que 7 de cada 10 niños habían sufrido bullying.

En mayo de 2024, Bullying sin fronteras ubicó a México en primer lugar con 270 mil casos en el ranking de 30 países, seguido por Estados Unidos con 250 mil casos, España con más de 69 mil, Brasil con más de 66 mil y Argentina con más de 50 mil casos. Destacó que el acoso escolar y el ciberbullying causan más de 200 mil muertes al año en todo el mundo, ya sea por homicidio o por inducción al suicidio.

La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022 publicada por INEGI reveló que, con el regreso a las escuelas, después del confinamiento por el Covid, la violencia física en las aulas escolares había aumentado 813.1%. De las 11.7 millones de personas de 12 a 17 años que asistieron a la escuela durante 2022, 3.3 millones reportaron haber sufrido acoso escolar en el último año.

La ENADIS refirió que el 55.9% sufrió burlas o apodos; 16.8% fue obligado a hacer algo que no quería hacer, y 29.1% sufrió golpes, empujones y amenazas.

La Red por los Derechos de la Infancia en México informó que, en 2023, Tabasco registró 27 casos de violencia física escolar, 3 fue sexual y 16 fue psicológica.

El problema del acoso escolar no tiene que ver con credo religioso, político, sexo, posición social, cultural, es consecuencia de la descomposición social, por lo que hay que promover y fortalecer nuestros valores humanos.

En la Biblia, Romanos 12:2 dice, “no sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior.”

CD/YC