La flexible democracia morenista y la tela de la araña
Carpe Diem
Manolo Victorio
La democracia interna en el Movimiento de Regeneración Nacional es tan flexible que se asemeja a la canción infantil de los elefantes que se columpiaban sobre la tela de una araña.
Parece un parangón campechano y hasta ridículo, pero los tránsfugas de otros partidos políticos, se subieron a la hamaca morenista de uno en uno, hasta poner en riesgo la capacidad inclusiva del partido magenta.
En maniobra casi suicida, el Movimiento de Regeneración Nacional abrió las compuertas de par en par para que cualquiera con una computadora en línea pudiese inscribirse a los mil 54 cargos de elección popular que se elegirán a pie de urna el primer domingo de junio.
Aquí caben dos escenarios, el primero, una vitrina de cristal en la que Morena se exhibe como un partido democrático, que destierra los fantasmas atormentadores del pasado, personificados por actores políticos, heraldos con el prestigio hecho añicos y la dignidad política hecha pomada en su paso por el Partido Revolucionario Institucional, cadáveres políticos que, en pos de su propia supervivencia, abordan sin prejuicio ni moral el barco morenista.
Este la percepción de la democracia híper flexible de Morena, que nos remonta, como se citaba, a esta canción infantil de cita a un elefante que se balanceaba sobre la tela de una araña/como veía que resistía, fue a llamar otro elefante/dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña/como veían que resistía, fueron a llamar otro elefante.
Hay, sin embargo, una cara oscura en esta apertura morenista, un dark side, porque en la plataforma de registro, antes del primer filtro, se colaron personajes impresentables y hasta con antecedentes criminales que buscan lavar la imagen pública como bienhechores del pueblo, sentados en la silla municipal o en una butaca edilicia.
Existen casos de escándalo en la apertura morenista como lo que sucede en Alvarado, donde Morena le abrió la puerta al ex alcalde panista de Medellín de Bravo, Hipólito Deschamps Espino Barros, encargo que dejó bajo la denuncia del actual edil Marcos Isleño Andrade, tras desaparecer más de 70 millones de pesos.
Este personaje se prestó para ser pantomima, invitado de piedra en la elección por la gubernatura abanderado por el Movimiento Ciudadano y ahora busca la alcaldía de La Generosa, bajo las siglas de Morena.
El colmo de la desvergüenza política, militar en tres partidos políticos en menos de cinco años. Un auténtico saltimbanqui que salta de sigla en sigla movido por una ambición descarada por el poder y el dinero; arquetipo de los políticos rastreros que despedazan con su pasado y sus ambiciones presentes la mística del nuevo humanismo mexicano que preconizan los actores del Movimiento de Regeneración Nacional.
En el Puerto de Veracruz, la militancia morenista que sesiona bajo la luz de una farola del alumbrado público, que paga religiosamente su pasaje para asistir a los mítines convocados por su movimiento, que sufre en carne viva la marginación de los servicios públicos escamoteados por la alcaldesa panista Patricia Lobeira, esa feligresía magenta que financió con cien pesos depositados al mes los éxodos de Andrés Manuel López Obrador, vomita a los advenedizos de un pasado priista.
No los quiere a pesar que se exhiban en redes sociales degustando picadas en La Huaca o comiéndose un taco de arroz con huevo cocido en La Pochota, que busquen con loco frenesí, en el paroxismo de la desesperación, padrinazgos digitales en la parentela del ex presidente AMLO, con guiones producidos para engañar a los morenos que estos actores políticos que hoy quieren ser candidatos o candidatas, han renunciado de una vez y para siempre a las tentaciones de la corrupción y el dinero fácil proveniente del erario.
Morena ya tiene el pie sobre la puerta de entrada al Puerto de Veracruz.
Solo requiere de orden, justicia y equidad en la selección de una candidatura que sea competitiva, pero también que reúna los anhelos y esperanza de un cambio real que permea en la militancia real del movimiento.
Requiere Morena de una persona que haya caminado las colonias urbanas, los cinturones de miseria, las congregaciones rurales, una candidatura que haya nacido en lo que ahora Morena llama el humanismo mexicano, lo que antes se conocía como las luchas sociales de izquierda, que haya abanderado luchas ante los abusos de las tarifas leoninas del agua potable que impone el Grupo MAS, que haya plantado cara ante el reclamo popular por los abusos en el cobro excesivo de las tarifas eléctricas, que haya denunciado las prácticas de partidos políticos que hayan lucrado con la necesidad de la gente, dándoles un saco de cemento, una dadiva o un atado de lámina a cambio del voto.
Quien trae esta calificación, quien trae este arrastre entre la gente, quien trae esta trayectoria en lo que hoy se define como el nuevo humanismo, es decir, preocuparse por el prójimo, como recomiendan las iglesias, se llama Rosa María Hernández Espejo.
No hay más.
¿Quién es Rosa María Hernández Espejo?
Además de ser defensora a ultranza -en la Tribuna y en el territorio- de las políticas públicas de la cuatrote, ha sido periodista, reportera, conductora y directora de noticias de las estaciones de radio locales XEU y Grupo FM, además de directora editorial del Diario AZ Veracruz.
Se desempeñó como jefa de prensa de la Universidad Veracruzana, campus Veracruz-Boca del Río, y fundó el portal web de noticias Crónica Veracruz.
Actualmente es académica de la carrera de Comunicación de la Universidad Veracruzana, donde imparte las experiencias educativas de Régimen Jurídico de los Medios de Comunicación, Sistema Político Mexicano, Taller de Radio: "Proyectos Radiofónicos", Ética y Comunicación, y Taller de Crónica.
Es licenciada en Derecho, Máster en Comunicación Organizacional y Doctora en Ciencias Jurídicas y de la Educación.
Fue coordinadora operativa de Centros de Integración del Bienestar en el Estado de Veracruz, durante los primeros dos años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Diputada federal por el distrito IV en la 65 Legislatura federal y actualmente es diputada federal de Morena por el Distrito 12 en la 66 Legislatura, ambos con cabecera en Veracruz.
Hoy está convencida de trabajar desde cualquier trinchera para apoyar el proyecto de Nación que inició el expresidente Andrés Manuel López Obrador, y qué mejor que fuera desde la alcaldía de Veracruz.
Y ya lo ha dicho más de una vez: "como mujer, madre, esposa y abuela, anhelo ser presidenta municipal para aterrizar el segundo piso de la Cuarta Transformación en la Ciudad y Puerto de Veracruz, mi amada ciudad, junto a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Rocío Nahle, para lograr más derechos en favor del pueblo".
No hay duda, Rosa María Hernández Espejo tiene el mejor perfil, lo que la convierte en la favorita, los demás, vienen detrás.
… de otro costal.
Luego de un arranque aderezado con los escándalos financieros en la compra ´carísima por cierto´ (Macaria dixit) de las 50 tabletas que aún no funcionan y contratos exorbitantes y pagos descabellados por los trabajos de jardinería en los espacios del Congreso de Veracruz, las aguas están volviendo al nivel en la avenida Encanto.
“El estilo es el hombre mismo”, decía Buffon. En esa tesitura el maestro rural Esteban Bautista Hernández, quien no trae guarros mal encarados ni maneja su vehículo con la chunchaca a todo volumen con su rupestre antecesor, ha decidido atender las demandas de los pobladores del estado, echando a andar los ´Miércoles Ciudadanos´ “en los que podré recibirlos y escucharlos aquí en la Casa del Pueblo, el Palacio Legislativo, en un horario de 9:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas, porque nuestro trabajo es para y por ustedes”.
Empieza a cambiar el rostro de la Junta de Coordinación Política en la LXVII Legislatura.
columnacarpediem@gmail.com
CD/GL
* Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Cambio Digital.
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