Oct 27, 2024 / 07:20

Calambres, 27/10/2024

Se cae a pedazos carretera de la SICT

En pésimo estado se encuentra nuevamente el tramo federal de la carretera Veracruz-Xalapa. Lo de autopista solo se ve en el ticket de pago, en la realidad es carretera.

Cada hora hay cuando menos una ponchadura en cada dirección. Hay automovilistas parados pidiendo auxilio porque la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SICT) no tiene en estos momentos ni pies ni cabeza en el estado de Veracruz.

En el organigrama existe un Director general del Centro SICT, pero solo sirve de florero, es decir, está de adorno el funcionario.

Lo bueno que los cambios de delegados federales comenzarán en enero y seguramente el que se la pasa en el confort en el lugar donde vive que es la Riviera Veracruzana le van a cantar “las golondrinas”.

Solo vino a engordar. Que siga disfrutando de las mejores viandas.

    ***Luego no digan que no se les compartió parte del “librito” que marca la política.

Como evitar un político soberbio.

Reconozca su soberbia. Mírese en soledad frente al espejo. ¿Cómo se ve? ¿Cree que está haciendo bien las cosas? ¿Qué tanto le cree a sus aduladores? Lea con detenimiento a sus mejores críticos. Ponga atención a sus enemigos. Sepa qué dicen de usted y su gobierno. Analice. Y si todos lo califican de soberbio, entonces piense que sí lo es.

2. Tenga humildad. La humildad es una virtud cuando se mira hacia dentro de uno mismo y se reconocen ciertas limitaciones y debilidades. Acéptelas y guárdelas para sí. Actúe en consecuencia. No habrá nadie en el mundo que no las tenga. Pero no trate de engañar a su espíritu. Hay virtudes que la vida no le dio. Dé la vuelta a todo eso. Mejore. Pero nunca transforme sus debilidades en rencores hacia los demás. Ser humilde requiere una gran fortaleza interna.

Además. una gran astucia para que no lo vean nunca débil ni vulnerable. Como les sucede a los políticos soberbios que se creen los elegidos.

3. Luche contra su frivolidad. Se es frívolo en política cuando no se toman en serio las cosas serias. Cuando se le quiere dar a los asuntos graves un tratamiento ligero o cómico. Cuando se quiere minimizar o esconder las realidades que duelen. Que indignan. La frivolidad se ha convertido en una pandemia moderna en la política. Abundan políticos que se creen simpáticos. Que desde el poder pueden decir cualquier cosa para desmentir la realidad. Que creen que la gente exagera sus problemas y sus quejas. Al político frívolo no le gustan los problemas. Lo distraen del disfrute vanidoso de su poder.

4. Sepa corregir sus errores. El librito de la política recomienda no reconocer públicamente los errores de un político, eso demuestra debilidad. Pero la gente es mucho más inteligente que eso. Dice el Eclesiastés que no se puede tapar el sol con un dedo y en política no es la excepción. La soberbia es mala consejera cuando se trata de enfrentar las realidades de los gobiernos. Un buen político debe saber modificar sus rumbos. Corregir sus errores. Recordar que es humano. Un ser imperfecto y contradictorio.

5. Reconozca las virtudes de sus enemigos. Decía Plutarco que los enemigos son nuestro referente. Por ellos sabemos quiénes realmente somos. Dice la cortesía política que no existen enemigos, sino adversarios. Pero eso en la realidad no funciona así. Para poder tomar decisiones adecuadas, el político debe conocer muy bien a sus enemigos. Además de sus debilidades, tiene que reconocerle sus virtudes y fortalezas.  Si no, nunca podrá vencerles.

6. Usted no será eterno en política. Toda profesión llega a un fin. Inclusive el poder tiene fecha de caducidad. No se imagine eterno porque eso es una de las patologías de la política. No se llene absurdamente de enemigos: ellos estarán ahí cuando usted ya no tenga el poder. Y no olvidarán las ofensas, menos si estas fueron injustificadas. Las personas somos lo que somos por lo que somos.

7. No se enamore de la mentira. El ejercicio de la mentira en política puede convertirse en una enfermedad incurable. Hay quienes piensan que es un recurso a veces necesario para gobernar. El problema es que termina convirtiéndose en un hábito y luego en una adicción absurda. Mentir por mentir.  El político suele enamorarse de sus propias mentiras. Las repite como hábito. Las reza en público como un catecismo.

Así que ya están enterados, el que avisa no es traidor y a muchos que todavía no toman protesta bien podrían leer estos siete consejos.

***Vargas comenta que lo difícil no es terminar un gobierno sino como empezar. Hacer la coalición de gobierno no es repartir a trozos un pastel. Ha habido muy pocas mayorías absolutas. Hay que hacer pactos. Las listas más votadas pueden tener la tentación de intentar gobernar en minoría, pero este es un camino peligroso, a menudo pueden formarse mayorías contra la lista más votada.

Los hábitos de organización de los gobiernos que están consolidados en muchos ayuntamientos son los de los años del crecimiento continuo del presupuesto. Entonces había dinero para casi todo, cada año había más, el único problema era inventar como gastárselo.

Si un funcionario no funcionaba bien tampoco era un problema, se le dejaba estar y se contrataba a otra persona mejor dispuesta. Los crecimientos de plantilla eran continuos. Y tampoco era muy importante, sobre todo al principio, qué cosas decidía hacer cada concejalía, porque hacía falta de todo. Sólo hacia el final de esa larga era de abundancia comenzó a suceder que ya se gastaban el dinero en cosas que no eran necesarias, porque ya había suficientes casas de cultura, o suficientes polideportivos, y se seguían haciendo otros que quedaban vacíos.

Hay que aplicar, en primer lugar, un principio de competencia técnica contrastada: Las decisiones se deben tomar a partir de criterios técnicos serios y contrastados.

Definir una dinámica de trabajo y de reparto de trabajo y un buen sistema de deliberación colectiva y de toma de decisiones en un equipo de gobierno es cuestión de voluntad y también de criterio técnico organizativo. La voluntad debe poner el nuevo equipo de gobierno; el criterio técnico organizativo desgraciadamente no está presente en la inmensa mayoría de administraciones.

REFLEXIÓN: Usted cosecha lo que siembra. La vida no es suerte.

CD/JV

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