El 13 de diciembre de 1914 el profesor y periodista revolucionario Paulino Martínez fue fusilado en la Ciudad de México; era originario de Cerritos, San Luis Potosí, donde probablemente nació en 1850.

Fundó y dirigió varios periódicos de oposición al régimen de Porfirio Díaz, entre ellos El Chinaco y La Voz de Juárez (en éste, durante una de sus ausencias, fue sustituido por la infatigable periodista revolucionaria Dolores Jiménez Muro).

En 1903 al ser confiscada la prensa de La Voz de Juárez se exilió en San Antonio, Texas, donde publicó El Monitor Democrático, que fue reconocido como seguidor de Regeneración.

Entre 1906 y 1909 mantuvo correspondencia con Francisco I. Madero, quien le brindó ayuda económica para su periódico, La Voz de Juárez, recomendándole ser más cauteloso y evitar el ataque frontal.

Precisamente el investigador estadunidense Stanley R. Ross alude a esta correspondencia y colaboración en su libro Francisco I. Madero, apóstol de la democracia mexicana (1977), donde apunta lo siguiente:

Los periodistas independientes lo hallaron listo (a Madero) para proveer de fondos y consejos a aquellos que mantenían viva la llama de la oposición. Paulino Martínez, preso en la Ciudad de México, recibió doscientos cincuenta pesos de Madero, quien le expresó la esperanza de que recobraría la libertad y reanudaría la lucha. Madero también daba agudos consejos sobre el papel de la prensa de oposición. Recomendaba que la prensa independiente se limitara a discusiones teóricas y a criticar la conducta del gobierno en términos generales, sin señalar a ninguno de los que “eran capaces de cometer las más grandes infamias”. Sugirió que la lucha total debería ser pospuesta hasta la siguiente elección presidencial. Si para este tiempo Díaz trataba de reelegirse, Madero estaba seguro de que habría un fuerte movimiento antirreeleccionista en todo el país. “Entonces será oportuno que nosotros recobremos vigorosamente nuestros derechos. El periodismo independiente tendría que defender sus principios, elevar el espíritu y preparar a las masas para la campaña electoral” (escribió Paulino Martínez el 31 de julio de 1905).

Después que Paulino Martínez fue liberado, Madero le recomendó no mencionar otra vez el asunto del dinero. Escribió a ese periodista diciéndole que, al contrario, había sufrido demasiado por la causa. Es justo que…deberíamos ayudarle en los prejuicios que le han ocasionado sus injustas y repetidas prisiones.

Madero pensaba que en los siguientes días se rendirían tantos servicios mutuos de distinta naturaleza y de difícil valuación, que “nunca sería posible saber a qué lado se inclinaría la balanza” (16 de noviembre de 1907).

El 31 de enero de 1909 Martínez participó como orador en el mitin por la candidatura de Protasio Leyva en Cuautla, Morelos. A finales de ese año los concejales de Anenecuilco, de esa entidad, le pidieron asesoría para resolver sus problemas agrarios.

De mayo de 1909 hasta el triunfo maderista fue uno de los siete miembros del Consejo Ejecutivo del Centro Antirreeleccionista, del que fue secretario junto con Filomeno Mata, José Vasconcelos y Félix F. Palavicini.

En octubre de 1911 se unió a la revuelta antimaderista encabezada por los hermanos Vázquez Gómez. Fue el principal autor del plan de Tacubaya el cual exigía al gobierno de Madero el cumplimiento inmediato de sus promesas agrarias.

En 1912 se vinculó al movimiento zapatista, y en octubre de 1914 fue designado por Zapata presidente de la Comisión del Ejército Libertador del Sur en la Convención de Aguascalientes, durante la cual debatió para que ésta aceptase los postulados del Plan de Ayala, atacó a Carranza y votó por la candidatura a la presidencia de Antonio I. Villareal.

El 13 de diciembre de 1914 cayó en una trampa que le tendió Francisco Villa. Dos policías se presentaron en su casa con el falso mensaje de que el ministro de Guerra, general Isabel Robles, tenía urgencia de hablar con él. “El coronel, profesor y periodista Paulino Martínez dio crédito al mensaje y acompañó a los agentes que lo detuvieron y lo entregaron a los villistas”, quienes lo asesinaron.

Paulino Martínez fue autor de Rayos de luz (1910) y Causas de la Revolución de México y cómo efectuar la paz (La Habana, 1914).

CD/YC