Sep 03, 2024 / 11:00

Un candidato con una imagen exitosa

***Construir una imagen exitosa de un candidato es una labor que debe comenzar por situar al candidato en medio de la realidad y analizar cómo esta afecta a la propia construcción de la imagen.


Así que el punto de partida es un análisis global de la realidad, en el que se destacan seis cambios económico-político-sociales que nos llevan a la inevitable asunción de que estamos ante un cambio de Era que implica variaciones sustanciales en el perfil demandado del candidato.


Una vez establecidas las principales características de un candidato, nos adentramos en cómo el marketing político y la psicología política nos pueden ayudar a crear y consolidar una imagen exitosa, acorde a los tiempos actuales y preparada para los constantes cambios detallados en la primera parte.

Para ello, nos centramos en tres pilares que conforman la imagen del candidato: el propio candidato, el target y el mensaje.


Actualmente la manera de hacer política ha cambiado. Estamos viviendo un entorno de desconfianza y falta de credibilidad en los políticos y los partidos. Es por ello que resulta cada vez más complejo diferenciarse, generar una propuesta de valor para la ciudadanía y proyectar credibilidad y confianza.


Por lo tanto, la atención se dirige al político como tal, más allá del partido que represente. Esto genera que la tendencia a diferenciar y a posicionar al candidato o actor político se vuelva la estrategia a seguir.

Así que, de la mano de estrategas en imagen política, se debe generar una estrategia 360.


La figura del político ha cobrado un gran impacto en las preferencias electorales, inclusive aún mayor que el partido o movimiento que representa. Por lo cual, el actor político se ha vuelto la figura que sobresale en un proceso electoral. El político se ha vuelto el producto. Y como tal es importante asesorarlo y diseñar todas las estrategias para analizar su imagen de manera integral.


Hay quienes se refieren constantemente a las campañas y al proceso electoral dado que es el momento en el cual se genera un lanzamiento masivo del candidato o candidata. Además, en política no existen segundos lugares. Se gana o se pierde. Y es el momento en el que el candidato está más receptivo a las tácticas y estrategias con tal de ganar. Sin embargo, toda esta estrategia de posicionamiento se debe realizar desde mucho tiempo atrás con la finalidad de ocupar un lugar en la mente del electorado.


El creciente desprestigio de los partidos políticos ha generado que la atención de la gente esté más enfocada en la persona, en su desenvolvimiento, en lo que transmite, en lo que dice y hace y ya no en los partidos como instituciones dada la credibilidad que han perdido. De ahí que la atención, actualmente, se concentra más en destacar al político como si fuera un producto.


Es por ello que un enfoque así se vuelve un área de oportunidad bastante importante para los actores políticos. Sin embargo, tenemos que considerar que, tanto por el perfil como por la psicología del común de los políticos, no siempre están abiertos para un tipo de asesoría como la planteada. Todavía existe escepticismo en algunos, resistencia en otros o miedo de actuar diferente a lo establecido.


No obstante, la realidad muestra que, debido al disgusto, a la indiferencia y a la apatía que impera en las personas, cada vez hay más políticos y funcionarios públicos que se inclinan por esta estrategia de diferenciación y tratan de romper sus propios paradigmas con tal de llegar a este preciado objeto del deseo que es, el poder.

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