Jul 23, 2024 / 00:10

Descubren un nuevo beneficio de la aspirina

Estados Unidos - La aspirina, conocida científicamente como ácido acetilsalicílico, es uno de los medicamentos más utilizados y conocidos en el mundo. Compuestos parecidos a la aspirina se emplean desde hace miles de años. Ya los egipcios y los griegos utilizaban corteza y hojas de sauce para aliviar el dolor y reducir la fiebre.

Con el paso del tiempo, el ingrediente activo de la corteza de sauce, la salicina, fue finalmente identificado en el siglo XIX, tras lo que vendría el desarrollo de la aspirina moderna, consolidando su lugar como piedra angular de tratamientos médicos como herramienta parra prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Además de sus propiedades antiinflamatorias, se ha utilizado siempre para otro tipo de menesteres médicos como para bajar la temperatura corporal.

En esencia, su capacidad para inhibir la producción de prostaglandinas, sustancias químicas que promueven la inflamación, es lo que la hace efectiva en este tipo de investigaciones que enlazan con el estudio más actual sobre este popular fármaco. Ahora, un nuevo estudio presentado en la reunión anual SLEEP 2024 del mes de junio en Houston, Texas (EE. UU.), ha descubierto que el ácido acetilsalicílico en dosis bajas puede reducir las respuestas inflamatorias a la restricción del sueño. Los resultados sugieren que, en comparación con un placebo, el consumo preventivo de una dosis baja de aspirina durante períodos de privación de sueño reduce las respuestas inflamatorias.

Específicamente, la aspirina redujo la expresión de interleucina-6 y las células COX-1/COX-2 doblemente positivas en monocitos estimulados por lipopolisacáridos, así como los niveles séricos de proteína C reactiva. "La novedad de este estudio es que investigó si podemos reducir farmacológicamente las consecuencias inflamatorias de la restricción del sueño", explico Larissa Engert, doctora en fisiología del comportamiento del Beth Israel Deaconess Medical Center y la división de medicina del sueño de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston.

"Utilizamos un fármaco antiinflamatorio no esteroideo porque se ha demostrado que afecta vías inflamatorias específicas, que anteriormente se había demostrado que estaban desreguladas por la restricción experimental del sueño o los trastornos del sueño".

Los investigadores recopilaron datos de 46 adultos sanos (19 mujeres y 27 hombres de entre 19 y 63 años de edad) mediante un ensayo cruzado aleatorio controlado con placebo, utilizando tres protocolos distintos: el primero, restricción del sueño con aspirina; el segundo, se basa en restricción del sueño con placebo; finalmente, el tercer protocolo versaba en un control de sueño con placebo.

Cada protocolo incluyó una fase en casa de 14 días seguida de una estancia hospitalaria de 11 días. En la condición de restricción del sueño con aspirina, los participantes tomaron dosis bajas de aspirina tanto durante la fase que tuvieron que permanecer en sus hogares como en el hospital. Cada estancia hospitalaria comenzó con dos noches de sueño de ocho horas. Posteriormente, bajo las condiciones de restricción del sueño, los participantes solo pudieron dormir cuatro horas por noche durante cinco noches, seguidas de tres noches de sueño de recuperación. En la condición de control de sueño, los participantes tuvieron la oportunidad de dormir ocho horas durante toda la estancia hospitalaria. Las medidas inmunológicas y del sueño se evaluaron al inicio y en varios puntos a lo largo de todos los días que duró la investigación.

Una vez analizados los resultados, los expertos descubrieron que la disminución de la actividad de la vía inflamatoria, inducida por la administración de aspirina en los participantes con restricción de sueño, se correlacionó con una reducción en la latencia de inicio del sueño y una mayor eficiencia del mismo durante el período de recuperación. El experimento empleó aspirina en dosis bajas “Estos hallazgos muestran que es posible mitigar las vías inflamatorias activadas por la restricción del sueño mediante la administración preventiva de aspirina en dosis bajas. Esto puede fomentar el desarrollo de nuevas terapias que se dirijan específicamente a esas vías y no presenten los efectos secundarios indeseables asociados con la aspirina, como hemorragias y accidentes cerebrovasculares”, puntualizó Engert. Se sabe que las deficiencias de sueño, como las se pueden dar con los síntomas de insomnio o aquellos que pueden dormir muy pocas horas seguidas, aumentan el riesgo de múltiples enfermedades crónicas, por lo que este hallazgo plantearía una potencial manera de disminuir las consecuencias negativas para la salud relacionadas con la deficiencia de sueño.

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Con información de: Alimente

CD/NR

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