Jun 28, 2024 / 01:10

¿Quién ganaría en una carrera: los neandertales o los sapiens?

España - Imagina por un momento un estadio ancestral, con Homo sapiens y neandertales en la línea de salida, listos para competir en la carrera más antigua de la historia. Aunque parece sacado de la ciencia ficción, recientes investigaciones de la Universidad de Arizona han avivado nuestro interés por entender las diferencias físicas entre nuestros antiguos parientes y nosotros. ¿Podrían los robustos neandertales superar a los ágiles sapiens en una carrera? Este artículo explora las capacidades de ambas especies, y nos preguntamos quién podría haber ganado en un hipotético enfrentamiento olímpico prehistórico.

Diferencias entre neandertales y sapiens
Los neandertales, nuestros misteriosos parientes extintos hace unos 40 000 años, y Homo sapiens, los humanos modernos, compartimos la Tierra durante milenios. Homo neanderthalensis, adaptado a climas fríos y hostiles, evolucionó con cuerpos robustos y compactos, caracterizados por una musculatura impresionante y una estructura ósea densa que les confería una gran fuerza física. En contraste, Homo sapiens desarrollaron una forma más esbelta y ágil, adaptada para cubrir largas distancias en busca de alimento y refugio.

Una diferencia anatómica significativa entre estas dos especies se encuentra en la estructura de sus talones. Los neandertales poseían talones más altos, una característica que, aunque limitaba su capacidad para correr largas distancias, les proporcionaba una ventaja en terrenos montañosos, facilitando caminatas escarpadas y escaladas. Esta adaptación les permitía maniobrar con eficacia en su entorno de montañas y valles escarpados, donde la capacidad de ascender rápidamente podía ser crucial para la supervivencia y la caza.

Por otro lado, Homo sapiens, con talones más bajos y extendidos, estaban mejor equipados para la resistencia necesaria en largas persecuciones, permitiéndoles correr más eficientemente y durante períodos más prolongados. Esta adaptación fue vital para practicar la técnica de caza por persistencia, donde el agotamiento de la presa se convierte en la clave para el éxito.

Estas diferencias anatómicas reflejan las distintas estrategias de supervivencia y movilidad de cada especie, modeladas por los entornos en los que evolucionaron y las necesidades específicas de su estilo de vida.

La carrera del milenio
En un intrigante estudio realizado por la Universidad de Arizona, un equipo de investigación analizó cómo la estructura del talón afecta la habilidad para correr largas distancias. Descubrieron que, a diferencia de Homo sapiens, los neandertales tenían talones más altos. Para entender el impacto de esta diferencia, el equipo científico observó a corredores de fondo modernos en acción, midiendo su consumo de oxígeno y otros indicadores de eficiencia energética mientras corrían. Los resultados mostraron que los talones más bajos y alargados, característicos de los corredores humanos modernos, están vinculados a una menor demanda de oxígeno y mayor eficiencia energética durante la carrera. En comparación, los neandertales, con sus talones más altos, habrían requerido un 11,4% más de energía para mantener un ritmo similar, sugiriendo que, en un maratón prehistórico, los sapiens habrían llevado la delantera.

¿Qué especie se llevaría más medallas en unas Olimpiadas?
En un escenario olímpico hipotético diseñado para medir las capacidades físicas de neandertales y sapiens, veríamos competiciones ajustadas a sus respectivas ventajas evolutivas. Los neandertales, con su robusta constitución y musculatura desarrollada, probablemente dominarían en eventos que exigen fuerza bruta como la halterofilia y el lanzamiento de peso. Su capacidad para maniobrar en terrenos difíciles también les daría una ventaja en pruebas como escalada y esquí de montaña.

En contraste, Homo sapiens brillaría en competiciones de resistencia. Eventos como el maratón, el triatlón o incluso pruebas de ciclismo de fondo serían su terreno, donde su capacidad para mantener un ritmo constante con un menor consumo de oxígeno les proporcionaría una ventaja decisiva. Esta división de disciplinas resalta cómo las diferencias anatómicas y de adaptación ambiental influyen directamente en las habilidades físicas de cada especie.

Las diferencias evolutivas entre neandertales y sapiens no solo delinean las estrategias de supervivencia de cada especie, sino que también enriquecen nuestra comprensión de la historia humana y las dinámicas de adaptación. Al examinar cómo estas adaptaciones influyeron en sus capacidades físicas, obtenemos valiosas perspectivas sobre los diversos caminos evolutivos. Esto subraya la complejidad de la evolución humana, mostrando que la supervivencia no depende únicamente de la fuerza o velocidad, sino de la capacidad de cada especie para adaptarse eficazmente a su entorno específico, dejando un legado que aún perdura en nuestra genética actual.

El legado genético de los neandertales, que persiste en nosotros hasta hoy, nos recuerda que no estamos tan distanciados de nuestros antiguos parientes como podríamos pensar. Aunque la competición entre Homo sapiens y neandertales es una fantasía, explorar estas posibilidades nos permite conectar más íntimamente con nuestro pasado colectivo. Al reflexionar sobre las habilidades que cada especie desarrolló para prosperar, apreciamos la diversidad y la adaptabilidad que caracterizan la evolución humana. Estas meditaciones nos invitan a valorar no solo dónde estamos ahora, sino también los innumerables pasos evolutivos que nos han traído hasta aquí.

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Con información de: Muy Interesante

CD/NR

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