Nov 26, 2021 / 08:51

Alcaldes electos listos para entrar

Los alcaldes electos están a 35 días de tomar protesta del cargo y algunas administraciones serán recibidas con deudas millonarias, en total desorden financiero, con laudos que van a representar una carga económica y una nómina abultada.

Claro, todo ello lo conocen y lo tienen bien calculado los que van asumir el poder. Saben lo que van a recibir y con el cobro del impuesto predial harán frente al boquete financiero que van heredar.

Por ejemplo, Boca del Río cobrará de manera directa el impuesto predial. No resultó conveniente la propuesta de la Sefiplan de manejar los recursos del impuesto predial. La propuesta es opcional y Boca del Río no es una opción. Los recursos del impuesto predial son el mayor ingreso del municipio.

El presidente municipal electo Juan Manuel Unanue Abascal, consideró que para municipios pequeños donde no es el caso, la propuesta de gobierno estatal es viable.

Haciendo un análisis esto no conviene para Boca del Río, el predial es un impuesto municipal que tiene una recaudación importante; prefieren contar con ese impuesto como primer tema para llevar a cabo algunas acciones importantes y ese esquema no conviene.

Otros presidentes municipales electos andan metidos en la conformación de su equipo cercano de colaboradores. Tienen mucha presión de grupos que los apoyaron económicamente y ahora piden espacios. Algunos no se quisieron comprometer y ahora tienen libertad para nombrar a los miembros de su gabinete.

Muchos se han preguntado cómo le tienen que hacer para a ser buenos alcaldes. La respuesta no es sencilla. Un alcalde usaba una frase expresiva para subrayar su capacidad de trabajo. “El alcalde debe levantarse antes y acostarse después que la comunidad a la que sirve”.

Dice el manual que dos cualidades adicionales al buen alcalde son el sentido de lo público: honradez y la capacidad negociadora para obtener recursos y apoyos a su gestión de otros agentes locales e institucionales. Las buenas administraciones locales se asocian a nombres de grandes alcaldes que, a su vez, se rodean de buenos colaboradores o líderes internos.

Todo líder sabe que necesita de la plena cooperación de su personal. Es más, entiende que le es indispensable un puñado de colaboradores cercanos con mucha iniciativa, creatividad y capacidad de toma de decisiones si quiere cumplir su programa de acción. De hecho, los buenos líderes están dispuestos a conceder un margen importante de autonomía a sus equipos de confianza, en la medida en que están convencidos de que actuarán como lo harían ellos mismos. El buen líder suele otorgar márgenes de error importantes a sus colaboradores, si está seguro que la mayor parte de sus decisiones serán correctas.

No se equivoquen con decisiones a la ligera. Si bien es conveniente traer algunos colaboradores desde fuera de la organización, es evidente que hay que contar también con el personal existente. Un error común en las viejas administraciones municipales es el intento de reemplazar los viejos funcionarios por personal de confianza política, mezclándose en esta categoría —al nivel de mando de los gobiernos municipales—, a militantes del partido e incluso a parientes y amigos.

En el presente, se sabe que el reemplazo total no es posible. Pero, además, que en el viejo personal suele estar presente una inestimable e invalorable experiencia de servicios.

Como la función del alcalde supone comunicarse y movilizar a la comunidad, no sólo a sus funcionarios, una característica importante de un líder está en su habilidad para promover la participación, donde cobra alta relevancia la consideración por las personas. Esto es, sin duda, bien sabido por los políticos que a veces se exceden en la promesa y el halago.

Más allá, sin embargo, es evidente que persuadir y movilizar a la comunidad en tareas concretas implica interesarse vitalmente por sus problemas. Para ello es necesario entenderse con diversas instituciones que tienen, cada una, fines propios: las organizaciones sociales, las universidades, las ONGs, la empresa privada, otras entidades públicas, entre otras.

Tuvieron mucho tiempo para planear, organizar desde el primer día de gobierno hasta los siguientes 99 para marcar una ruta en sus primeros 100 días de acciones municipales.

CD/YC

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