Mar 20, 2024 / 02:10

¿Por qué no se come carne en Semana Santa? Esta es la razón de la cuaresma

Ciudad de México - Semana Santa, un periodo de profunda reflexión y tradición en el mundo católico, trae consigo prácticas y rituales que datan de siglos. Entre ellas, la abstinencia de carne roja destaca no solo por su significado espiritual sino también por su compleja historia. Este artículo explora cómo esta tradición ha evolucionado desde sus orígenes hasta convertirse en una parte integral de la fe y la cultura católicas.

La práctica de abstenerse de comer carne durante ciertos días de la Semana Santa tiene raíces que se extienden más allá de las escrituras bíblicas, entrelazándose con la historia del Imperio Romano y la consolidación del cristianismo como religión oficial.

La conversión del emperador Constantino y el posterior Edicto de Milán en el año 313 marcaron un antes y un después en la percepción de las prácticas paganas, incluidas las dietas basadas en sacrificios animales.

Originalmente, en la Biblia hubo 4 evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. A partir de su experiencia personal con Jesús, la figura central de las religiones cristianas, escribieron los sucesos que consideraron importantes mientras su maestro compartió con ellos enseñanzas y milagros insólitos. Históricamente, estos fueron los autores que la Iglesia Católica aceptó como fidedignos, y les dio un lugar especial en la iconografía, los altares y la devoción.

Sin embargo, no fueron los únicos que escribieron sobre la vida y obra de Jesús de Nazaret. Por el contrario, la Biblia es un compendio de libros que contienen las bases y fundamentos de la religión cristiana, así como de sus múltiples ramas. De hecho, ‘Biblia’ se traduce del griego antiguo como ‘libros’. San Pablo fue uno de los personajes históricos que también escribió testimonios, a pesar de nunca haber conocido a Jesús.

Antes un general romano que perseguía cristianos, se convirtió tras una revelación divina que lo tiró de su caballo. Después de este evento místico, se dedicó a predicar y extender las enseñanzas de Jesús. Una de ellas, fue el respeto al periodo de ‘luto’ por la muerte de su maestro. En una de sus cartas, escribió lo siguiente:

“Empero el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios; Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Dios crió para que con acción de gracias participasen de ellas los que han conocido la verdad”

Este fragmento debe de entenderse en su contexto histórico. En ese tiempo, muchos de los animales que se vendían en los mercados eran producto de los sacrificios para otras religiones y cultos, que el cristianismo reconocía como ‘paganos’ por no alinearse a su fe. Fiestas romanas, ritos mesopotámicos y demás celebraciones de otras culturas se satanizaron. Por ello, los animales sacrificados eran considerados como impuros.

Con el tiempo, las palabras de San Pablo se convirtieron en una restricción de la religión católica. Especialmente, cuando se volvió la fe oficial del Imperio Romano. A partir del Edicto de Milán, escrito por el emperador romano Constantino en el año 313, se dejó de perseguir a los cristianos. Fue así, también, como empezaron las reformas de lo que debería de ser la nueva fe compartida por todos los romanos.

Siguiendo esta nueva serie de reglas, se estableció que durante los días de Semana Santa no se pudiera comer carne roja. Ahora, con un simbolismo diferente: la carne impura de los sacrificios se equiparó a la carne de Jesús de Nazaret, quien se había sacrificado por la humanidad. En este sentido, no sería correcto consumir carne en los tiempos de abstinencia, en memoria de su pasión y sufrimiento.

Por ello, los días en los que no se puede comer carne roja son los siguientes:

  • Miércoles de Ceniza
  • Viernes Santo
  • Cada viernes durante el periodo cuaresmal

Los viernes se escogieron porque Jesús fue crucificado ese día, a las 3 de la tarde, según los registros históricos de la época. Es una especie de luto y respeto al día en el que el Mesías de las religiones cristianas perdió la vida.

La Iglesia Católica sugiere que, tanto el Miércoles de Ceniza como el Viernes Santo se haga un ayuno obligatorio para las personas mayores de 18 años, como penitencia de los pecados que ha cometido la humanidad. Sin embargo, como decíamos anteriormente, no es realmente un ‘pecado’, si se toman en cuenta los 10 mandamientos de esta religión.

Algunas instituciones y creyentes más allegados al ala conservadora son todavía más estrictos con estas tradiciones:

“[…] el ayuno del Viernes Santo se continúa hasta la Vigilia Pascual (la noche del Sábado Santo) como el “ayuno pascual” para honrar el sufrimiento y la muerte del Señor Jesús y prepararnos para compartir más plenamente y celebrar más apropiadamente su Resurrección”, explica United States Conference of Catholic Bishops.<

Si bien es cierto que muchas de las cartas de San Pablo están contenidas en la Biblia, esto no quiere decir que comer carne en Semana Santa sea pecaminoso o impuro. Los productos de origen animal que conseguimos en el súper actualmente son procesados a nivel industrial —y rara vez son sacrificados con fines rituales. Por ese lado, al menos, no tienen impurezas espirituales.

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Con información de: Muy Interesante

CD/NR

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