Mar 20, 2024 / 01:40

¿Cómo se inventó la bomba atómica?

España -La relación entre la humanidad y el uranio supone uno de los procesos históricos más relevantes de la Edad Contemporánea. Nahúm Méndez-Chazarra ha escrito sobre esta relación en La carrera por la bomba, publicado por Pinolia, donde proporciona una visión exhaustiva y detallada desde los orígenes geológicos del uranio y su descubrimiento hasta su papel en la energía nuclear y la fabricación de armas atómicas. Desde el punto de vista de un historiador, resulta interesante el recorrido para dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿cómo pasamos de descubrir un elemento químico a finales del siglo XVIII a fabricar armas que podrían destruir el mundo?

Uno de los apartados del libro se adentra en el Proyecto Manhattan y la contribución vital del Congo Belga para la creación de la bomba atómica, un hito que cambió el curso de la historia. Se dieron colaboraciones internacionales, innovaciones científicas y decisiones estratégicas que convergieron en el desarrollo de la primera bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué tuvo que ver en este proceso una mina del centro de África?

El Congo Belga, rico en recursos naturales, se convirtió en un escenario crítico para el Proyecto Manhattan debido a la mina de Shinkolobwe, que albergaba uno de los yacimientos de uranio más ricos y puros jamás descubiertos. Esta singular mina atrajo la atención de las potencias aliadas, que buscaban asegurar el material esencial para alimentar sus ambiciosos experimentos nucleares. Méndez-Chazarra narra cómo, a través de complejas redes de espionaje, negociaciones diplomáticas y operaciones encubiertas, Estados Unidos y sus aliados lograron adquirir el uranio necesario para sus investigaciones atómicas.

La alianza entre Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá no solo refleja la unión de esfuerzos en un momento de crisis global sino también la convergencia de mentes brillantes de diversas nacionalidades trabajando hacia un objetivo común. Figuras como Albert Einstein, Robert Oppenheimer y Leó Szilárd fueron algunos de los científicos de renombre y protagonistas clave que comprendieron las implicaciones de su trabajo y lucharon por influir en el curso de los eventos. El Proyecto Manhattan fue una proeza técnica y científica, pero también un desafío ético y moral. La decisión de utilizar la bomba atómica contra Japón, con sus devastadoras consecuencias en Hiroshima y Nagasaki, es examinada desde una perspectiva crítica por Méndez-Chazarra, ponderando el costo humano de esta tecnología y las justificaciones empleadas por sus promotores. El autor invita al lector a reflexionar sobre el legado del Proyecto Manhattan, tanto en términos de su impacto inmediato en el final de la guerra como en las ramificaciones a largo plazo para la política internacional, la carrera armamentística y la ética científica.

El libro se divide en varias secciones temáticas que abarcan el descubrimiento del uranio, la historia y evolución del Proyecto Manhattan, los programas nucleares de otras naciones, el futuro del uranio en aplicaciones civiles y militares, incidentes nucleares casi catastróficos y curiosidades sobre el uranio. El autor también aborda la cinematografía relacionada con la guerra nuclear.

Méndez-Chazarra destaca la omnipresencia y la importancia del uranio a lo largo de la historia humana, a pesar de su descubrimiento relativamente reciente, a finales del siglo XVIII. Se enfatiza cómo el conocimiento sobre este elemento puede ayudar a disipar el miedo que suele suscitar su mención, especialmente en el contexto de la crisis climática y energética actual y la controversia en torno a la energía nuclear. El libro profundiza en el uranio, desde su origen y abundancia en la Tierra hasta su uso en la ciencia, la medicina y la industria, destacando tanto sus beneficios como los desafíos que presenta su manejo. Se explica detalladamente el papel crucial del uranio en el Proyecto Manhattan y cómo la mina de Shinkolobwe en el Congo fue fundamental para el suministro de uranio necesario para el desarrollo de las primeras bombas atómicas.

También se exploran los esfuerzos y desafíos asociados con el manejo y almacenamiento seguro de los residuos nucleares, así como las perspectivas futuras para la extracción de uranio del mar y la potencial eliminación de residuos nucleares en el espacio.

El último apartado del texto nos ofrece un curioso recorrido por cómo ha sido retratada en el cine la posibilidad de un apocalipsis nuclear y lo acompaña con una reflexión sobre el impacto cultural y social de la energía nuclear y las armas atómicas en base a este tipo de contenidos audiovisuales.

Es por ello que La carrera por la bomba es una obra esencial para comprender la compleja relación entre la humanidad y el uranio, proporcionando una base sólida para la discusión sobre el futuro de la energía nuclear y su papel en la sociedad moderna.

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Con información de: Muy Interesante

CD/NR

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