Feb 29, 2024 / 10:45

Arreglárselas solo, sin depender de nadie

“La desdicha de los demás puede conducirlo a la muerte: Los estados de ánimo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa. Aunque sienta que debe tenderle una mano a alguien que se está hundiendo, lo único que logrará con ello será acelerar su propia caída”. Decir que, en ese punto, tampoco observa el autor invalidación alguna. “No se gana nada asociándose con quienes sólo contagian miseria y sus desgracias. En cambio, al acercarse a los afortunados sólo ganará poder y buena suerte”, sostiene.

Haz que la gente dependa de ti, “Para mantener su independencia, es indispensable que los demás lo quieran y necesiten. Cuanto más confíen y dependan de usted, tanto más libertad usted tendrá. Haga que la gente dependa de usted para lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer. Nunca enseñe a los demás lo suficiente como para que puedan arreglárselas sin su ayuda”.

Como punto débil de esta ley recuerda Robert Greene que, en cierta medida, “usted también depende de ellos. Pero superar esta situación implica deshacerse de sus superiores, lo cual significa arreglárselas solo, sin depender de nadie”.

CD/MF

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