Oct 17, 2023 / 08:55

Lo necesario para ser un excelente servidor público

***Muchas personas creen saber qué es lo necesario para ser un excelente servidor público, pero normalmente sus ideas comulgan con sus propias creencias sin que conozcan mucho sobre el tema.

Entonces, ¿qué características suelen presentar los líderes políticos más sobresalientes?
Algunos filósofos de la antigüedad consideraban que los mejores gobernantes son los que conocen más del ámbito de los asuntos públicos, aquellos que comparten el compromiso de la búsqueda de la verdad, la honestidad y la ética o bien común.

Actualmente, hay características que podemos destacar en dirigentes considerados por sus pueblos como eficaces, que toman importantes decisiones y, sobre todo, no están enfocados exclusivamente en sus propios intereses. Veamos algunas de estas cualidades que debe tener un buen líder político.

Honestidad. Ningún dirigente sería tomado en serio si no fuera considerado una persona honesta, es el fundamento humano donde reside la confianza. Ningún grupo de gente se siente seguro siendo liderado por una persona que engaña y que no demuestre ser justa, este último siendo un valor que también se relaciona con la verdad.

Amplio conocimiento multidisciplinario en política. Es casi inconcebible pensar en un buen profesional en este ámbito que no conozca la materia con la que trabaja; en este caso, los mecanismos políticos, la historia del gobierno que pretende liderar, la gente que en gran medida dependerá de él o ella y su contexto social, económico, así como todo factor que influye en la compleja tarea de dirección de una ciudad, estado o nación.

Alta capacidad de análisis. El pensamiento complejo puede abordar de forma integral los diversos elementos de un fenómeno social a gran escala, pero es necesario también ser analítico, para prever, entender y resolver problemáticas. La capacidad analítica está relacionada con la habilidad de fragmentar un sistema complejo para entender sus partes y así poder abordar los objetos de estudio de manera efectiva.

Amplio criterio para delegar y trabajar con grupos. Los políticos no trabajan solos, tienen equipos de trabajo con los que debe permanecer la comunicación y claridad en la persecución de objetivos afines. El dirigente debe poder confiar con sus colaboradores, designar tareas porque no puede hacerlo todo.

Para poder delegar adecuadamente, quien guía debe conocer las aptitudes, debilidades e intereses de los integrantes del grupo, para asignar asertivamente de forma cooperativa. Las relaciones sociales son clave para un político que dará la cara por las personas sobre las que sus decisiones influyen.

Dirige con autoridad, no con autoritarismo. El líder actúa conforme al diálogo democrático y argumentativo, no a la imposición. Su autoridad en este sentido es más moral que ejecutiva, porque realmente convence tanto a sus seguidores como incluso a sus adversarios.

La autoridad no es algo que se obtiene con la fuerza, sino que se gana porque las personas ven en la persona a alguien a quien seguir. Para ello, es importante escuchar, atender a las necesidades de las personas y velar por su bienestar con convicción.

CD/YC

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