Sep 26, 2023 / 09:26

Imagen política

***La imagen política es un recurso que utilizado de manera inteligente, eficiente y estratégica les sirve para distinguirse de sus competidores. Ser un político de nivel es mantener una congruencia y estilo que realmente validen el rol social que le ha sido asignado, es decir, la imagen política se utiliza ampliar las capacidades de competencia, posicionamiento, diferenciación y rentabilidad electoral.

En lo que toca a la relación entre gobernantes y gobernados, la imagen les permite romper condicionamientos, barreras y prejuicios en la comunicación con la sociedad.

De igual manera, los políticos utilizan su imagen para formar, negociar, conducir y desarrollar relaciones de mutuo beneficio con los ciudadanos, las organizaciones, los grupos de intereses y otros actores políticos.

La necesidad de formar una imagen como recurso para generar poder no es nueva. Data de milenios, desde el origen mismo de las formas de organización social que requerían el ejercicio de un liderazgo encaminado a distinguir a los seres humanos en dos tipos: aquellos que ejercen el poder y aquellos sobre quienes se ejerce dicho poder.

Imagen y poder han estado ligados desde tiempos remotos. En su momento, el significado y orientación de los rituales y los símbolos de los jefes y magos, de sacerdotes y guerreros de antaño, fueron imágenes del poder.

El poder se ligó a la fuerza, la sabiduría, el conocimiento y el culto divino, fue representado por los colmillos, los cuernos o la piel de animales, por adornos corporales, tatuajes, por coronas, cetros o bastones.

Conforme las civilizaciones evolucionaron, la imagen del poder lo hizo también. Faraones, reyes y cesares construyeron magníficas obras en las que se mostraba el esplendor y la magnitud de su dominio. Sus estatuas y pinturas representaban su grandeza y perfección. Su riqueza les permitía construir imágenes que los representaban como hombres y mujeres muy por encima de lo común.

En aquellos tiempos, sin los recursos de los medios actuales de comunicación, en cada punto de reunión, como templos y mercados, en los cuarteles, en los sellos de correo, los estandartes de guerra, en la moneda y en cada uno de los puntos cardinales de sus dominios, los reyes de esos días colocaban una imagen de sí mismos, hecha a la semejanza de la percepción que el gobernado pretendía difundir como su representación terrena.

CD/YC

Otras: