La sensatez y la prudencia con que han actuado, tanto AMLO como Mario Delgado dirigente de MoReNa, ante la actitud retadora de Marcelo Ebrard de salirse del partido; de formar su propio coalición independiente; de unirse a Dante a Delgado o de aliarse con el “Frente Amplio” debe pararse y no seguir “apapachando” a un personaje desleal.

En política las matemáticas cuentan, Marcelo por sí solo no cuenta como un capital político que pueda asegurarle un triunfo fuera de MoReNa.

En los subterráneos del poder se están negociando tantas posiciones como las que mencionó Claudia Sheinbaum. Que va desde la coordinación del Senado, hasta un buen puesto en el gabinete.

A Marcelo le conviene negociar con Claudia Sheinbaum, ahora erigida en poseedora del Bastón de Mando de la 4 T; primero porque si se cambia de “camisa” los afiliados y simpatizantes lo van a ver como un traicionero; segundo, teniendo infraestructura y apoyo gubernamental se ve difícil que MoReNa pierda, sabiendo que tiene el respaldo de votantes que han recibido programas gubernamentales que se cuentan por más de 25 millones de personas, y tres, se acabaría su carrera política y estaría condenado al ostracismo.

La lejana posibilidad de Marcelo de quedarse MoReNa, pudiera ser que se quede “en turno al bat”, para el próximo sexenio, cuestión nada segura, pues en un sexenio pasan muchas cosas que lo pueden dejar “fuera de la jugada”.

Ya las “corcholatas” disciplinadas han demostrado lealtad al presidente y van a ser premiados.

Marcelo ya había advertido, “viendo moros con tranchetes”, que si advertía irregularidades las denunciaría y podía salirse del los guindas para irse por la libre o pedir posada en otros partidos.

El “carnal Marcelo” debe poner los pies sobre la tierra y no hacerse vagas ilusiones que ganaría con otro “partidito”.

CD/YC