Jul 05, 2023 / 08:54

La mentira y la profesión política

***La mentira es una práctica que tradicionalmente la opinión pública relaciona con la profesión política.

Esta postura ampliamente aceptada entre los miembros de las sociedades democráticas, con independencia de su edad o color político, se construye sobre una imagen artificial en la que habitualmente pensamos que la política en general y los dirigentes políticos en particular eran más sinceros y francos en el pasado, mientras que los candidatos políticos de las actuales democracias representativas aparecen como mentirosos compulsivos.

Existe una larga tradición del pensamiento político que acepta positivamente que los políticos mientan a los gobernados. Por suerte, actualmente la mentira del político puede ser penalizada por sus votantes.

La mentira, la ocultación de información, la tergiversación y el secretismo han estado presentes en la vida pública de cualquier sociedad humana organizada en cualquier época. Desde el imperio griego y romano hasta la Edad Media europea, pasando por las primeras dinastías chinas, la ausencia de veracidad ha acompañado a las élites políticas.

Las razones del engaño politico. Por tanto, el engaño como práctica política en las democracias representativas se explica por las siguientes razones:

Existe una justificación filosófica y moral del empleo de la mentira en la política que puede variar en su justificación, pero que es continua en todas las épocas conocidas. Estas diversas justificaciones están presentes en las mentes de los gobernantes actualmente.

La vida pública actualmente mantiene un grado de dramatización por parte de los políticos que actúan metafóricamente como actores en diversos escenarios (instituciones, programas de televisión, actos políticos, etcétera.). Existe una práctica de cierto ritualismo avalado por la omnipresencia de los medios de comunicación.

La manipulación y la convicción, en general, es una práctica aceptada y admitida en las democracias con un alto grado de desarrollo tecnológico y a través de la implantación de las nuevas tecnologías para favorecer la decisión electoral de las personas. De hecho, hay empresas especializadas en ofrecer este tipo de servicios y el propio conocimiento político, psicológico y neurológico está mostrando un interés en los últimos años por profundizar en ámbitos como la conducta humana y su respuesta ante determinados estímulos. Hablamos aquí de las distintas aportaciones que se realizan desde las neurociencias.

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