Jun 20, 2023 / 11:49

Los tapados y ahora "las corcholatas"

***Años después de 1929, quien debía suceder al presidente en funciones, coloquialmente se le denominó el “tapado”, y no pudo tener mejor definición porque debía surgir del gabinete presidencial y ser nominado por el partido hegemónico. “Pero lógica, inevitablemente, se imponía la pregunta de cómo se escoge y elige ese ser extraordinario que bien podría llamarse Emperador sexenal”.

Este ritual oculto a los ojos del ciudadano común, fue abordado a mediados del Siglo XX por intelectuales de la talla de Leopoldo Zea, Emilio Uranga, Octavio Paz y Jorge Portilla. Sin embargo, un par de jóvenes lo colocaron como una curiosidad cotidiana para el común de la gente en 1958.

Uno de ellos fue el escritor Carlos Fuentes, quien publicó su libro La región más transparente y la periodista Elena Poniatowska, quien después de conversar con el “muchacho indecente”, escribió aquella plática en La cultura en México, suplemento cultural del periódico Novedades.

Dicha obra llamó la atención porque escandalizó a las señoras bien, motivo por el cual lanzaron una andanada de críticas al director del suplemento, Fernando Benítez, tanto por haberle dado espacio a la entrevista, así como por permitir que el escritor novicio se atreviera a expresar la necesidad de preservar la plena independencia y libertad para escribir distante del poder político.

Años después, otra opinión que abordó el tema, con inteligencia y conocedor de los entretelones de la política fue Daniel Cosío Villegas. Con un reconocimiento público como forjador de instituciones y en la formación profesional de los jóvenes, Cosío Villegas escribió sobre la vida política nacional del momento. Sus aportaciones, ancladas en el pasado, con vistas a un mejor futuro y la democratización de México, desembocaron en reflexiones que terminaron por convertirse en libros, uno de ellos fue La sucesión presidencial.

Sin pasar por alto a los autores estadunidenses más destacados, a quienes llamó la atención la sucesión presidencial y expusieron libremente sus puntos de vista sobre el tema sin temor a las represalias que en México prevalecían. De ellos retomó lo mejor de sus textos, los aderezó con la investigación histórica, su experiencia profesional y el conocimiento propio del trato que tuvo con tantos políticos desde hacía muchos años e hizo aportaciones fundamentales. Hay otros términos que se usan para referirse a la sucesión presidencial como esa de la “caballada está flaca o gorda” según sea el caso.
Político pobre, pobre político. Y ahora las denominadas “corcholatas”.

CD/YC

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