Jun 18, 2023 / 08:01

Felicidades a todos los Padres en su día

Cada tercer domingo de junio se celebra en México el Día del Padre. La idea de esta celebración surgió en 1910, encabezada por Louise Smart Dood, una mujer estadunidense que intentaba lograr el reconocimiento del papel de los padres en la sociedad.

Fue hasta 1972 que se oficializó en México el tercer domingo de junio para brindar un homenaje a los padres.     

Hay muchos monumentos a la Madre, pero al Padre en muy pocas ciudades del país. En San Luis Potosí el Monumento al Padre se ubica en la Plaza del Carmen, mientras en Gómez Palacio, Durango el Monumento al Padre se localiza en la plaza principal ubicada en la confluencia de las calles Hidalgo e Independencia.

A todos los padres lectores de Cambio Digital le dedicamos el Poema: “A mi Padre”, de Pablo Neruda.

A Dios doy gracias por ser mi padre. Por tus reproches y consejos. Por el bien que me enseñaste y de mi ser siempre cuidaste.

Por ser padre bondadoso, lleno de paz y sabiduría. Porque amas la verdad. Justicia y rectitud en demasía.

Por ser mi padre amado y enseñarme la caridad.

Sentimientos nobles te cubren. No conoces la maldad.

Caballero noble y parco, me enseñaste a luchar.

Aspirando siempre a lo más alto y a mis sueños no renunciar.

Por aborrecer todo lo malo. Por tus celestiales valores. Por guiarme de la mano en senderos llenos de flores.

Ya encarrerados en el tema del Día del Padre sirve hasta para recortar y tenerlo en su cartera el siguiente cuento para niños en el Día del Padre.

- Mi papá está muy ocupado. El papá de Alberto era un hombre importantísimo y muy ocupado que trabajaba tantas horas, que a menudo debía trabajar los fines de semana. Un domingo, que justo era el Día del Padre, Alberto se despertó antes de tiempo, y al escuchar que su papá abría la puerta de la calle para salir hacia la oficina, corrió a preguntarle:

- ¿Por qué tienes que ir hoy a trabajar, papi? Podríamos jugar juntos...

- No puedo. Tengo unos asuntos muy importantes que resolver.

- ¿Y por qué son tan importantes, papá?

- Pues porque si salen bien, serán un gran negocio para la empresa.

- ¿Y por qué serán un gran negocio?

- Pues porque la empresa ganará mucho dinero, y a mí es posible que me asciendan.

- ¿Y por qué quieres que te asciendan?

- Pues para tener un trabajo mejor y ganar más dinero.

- ¡Qué bien! Y cuando tengas un trabajo mejor, ¿podrás jugar más conmigo?

El padre de Alberto quedó pensativo, así que el niño siguió con sus preguntas.

- ¿Y por qué necesitas ganar más dinero?

- Para poder tener una casa mejor y más grande, y para que tú puedas tener más cosas.

- ¿Y para qué queremos tener una casa más grande? ¿Para guardar todas esas cosas nuevas?

- No, hijo, porque con una casa más grande estaremos más a gusto y podremos hacer más cosas.

Alberto dudó un momento y sonrió.

- ¿Podremos hacer más cosas juntos? ¡Estupendo! Entonces vete rápido. Yo esperaré los años que haga falta hasta que tengamos una casa más grande.

Al oír eso, el papá de Alberto cerró la puerta sin salir. Alberto crecía muy rápido, y su papá sabía que no le esperaría tanto. Así que se quitó la chaqueta, dejó el ordenador y la agenda, y mientras se sentaba a jugar con un Alberto tan sorprendido como encantado, dijo:

- Creo que el ascenso y la casa nueva podrán esperar algunos años.

Alberto no era consciente, pero esta reflexión a la que había llevado a su papá con sus preguntas, era el mejor regalo por el Día del Padre que le podría haber hecho.

CD/JV

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