May 27, 2023 / 07:26

Evangelio del 27 de mayo del 2023

¿Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

Sábado, 27 De Mayo
Sábado de la 7a semana de Pascua
Calendario ordinario
San Agustìn de Cantorbery , San Julio Doróstoro

Evangelio según San Juan 21,20-25.
Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?".
Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: "Señor, ¿y qué será de este?".
Jesús le respondió: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme".
Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: "El no morirá", sino: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?".
Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero.
Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

San Gregorio de Nisa (c. 335-395)
monje, obispo
Homilía sobre el Cantar de los Cantares (La Colombe et la Ténèbre, Cerf, 1992), trad. sc©evangelizo.org

Jesús le respondió: "Tú sígueme" (Jn 21,22)
["Levántate, amada mía, y ven hermosa mía. Paloma mía" (cf. Ct 2,13-14)]. La naturaleza divina lleva al alma humana a participar de ella y la trasciende por su altura en el bien. El alma crece siempre en su participación a lo trascendente y no cesa nunca de ampliarse. Pero el bien divino del que participa, permanece el mismo, manifestándose trascendente al alma que participa cada vez más.
Vemos así al Verbo guiar a la Esposa hacia las cimas, con ascensiones en la virtud, como en la subida de una escalera. El Verbo le envía primero un rayo de luz por la apertura de los profetas y la trama de los mandamientos de la Ley. Le pide aproximarse a la luz y devenir bella, tomando en la luz la forma de una paloma. Luego, cuando ella ya tuvo parte de sus bienes en toda la medida de su capacidad, como si todavía no hubiera participado de sus bienes, la atrae de nuevo para la participación de la belleza trascendente. En la medida que progresa hacia lo que surge delante de ella, su deseo aumenta. El exceso de bienes trascendentes que se manifiestan, le hace creer que está al comienzo de su ascensión.
Por eso el Verbo dice de nuevo "Levántate" a la que ya se levantó y "Ven" a la que ya vino (cf. Ct 2,13). El que se levanta así, no terminará nunca de levantarse. El que corre hacia el Señor no se agotará nunca en recorrer el espacio de la carrera divina. Siempre hay que levantarse y nunca dejar su carrera, cada vez que el Verbo dice "Levántate" y "Ven", él nos da la fuerza para subir más alto.

CD/GL

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