May 23, 2023 / 12:07

Lealtad partidista...

***La lealtad partidista se alimenta de elementos que definen para el individuo una forma de ser en política y su manera de interpretar la actividad política, valorar las acciones de los líderes políticos y tener una opinión sobre diversos temas. La identificación partidaria suele ser muy fuerte y generalmente es el mejor predictor del voto en encuestas electorales, pero no es infinita ni es un cheque en blanco. Los simpatizantes de un gobierno pueden tolerar un mal desempeño administrativo, contradicciones en objetivos de política pública, casos de corrupción y traición a principios programáticos, pero hasta cierto punto.

Existen mecanismos que ayudan a mantener la identificación y lealtad con un grupo político a pesar de las contradicciones. Las explicaciones a modo para justificar incongruencias y pifias, que en el argot de la política norteamericana llaman spin y que en México se le ha dado el nombre de “maromas”, son acrobacias retóricas –algunas muy elaboradas y retorcidas– que sirven para defender la lealtad partidista ante la ostensible evidencia de errores, omisiones y discrepancias. Las maromas han sido instrumentales para tratar de apuntalar en la discusión pública la congruencia entre acciones y discurso cuando ambos se contradicen. También las contradicciones pueden tolerarse en consideración a que existe un ‘gran proyecto’ que está más allá de los errores menores que puedan cometerse y que el fin del camino justifica la adopción de medios que podrían ser cuestionables. En todo caso, la lealtad partidista y la identificación de una persona con un grupo político suelen ser un vínculo muy fuerte y difícil de romper. Se trata de un sentimiento de identificación que se expresa en la división entre “ellos” y “nosotros” y que puede tener orígenes en experiencias personales, relaciones familiares, de amistad, gremiales, de aceptación de las propuestas del partido, o bien de rechazo a lo que proponen o representan los otros partidos.

CD/YC

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