May 09, 2023 / 10:24

La Vieja Guardia, del periodista José Luis Martínez

*** La Vieja Guardia es el título del libro editado por el periodista José Luis Martínez, que ha dejado más de media existencia en diarios y revistas, pero que tuvo el atino de escribir las biografías de una veintena de periodistas donde recogió las semblanzas de dos mujeres y 18 hombres donde se supone que todos son finados, aunque no hay certeza sobre el destino de Rosa Castro, la venezolana de México, de quien lo último que se supo fue que se encontraba internada en un asilo de Cuernavaca.

Aquí narra parte de la vida del periodista Carlos Denegri. (1910-1970). Son muchas historias que encierran la vida del periodista Carlos Denegri que la llevaron hasta la pantalla del cine con la película “El Censor”, simulando el título de Excélsior. Muchos presumían como iba acabar la vida de Denegri, una persona que incrustada en el poder y el vicio, ponía y quitaba funcionarios públicos, alcaldes, diputados locales y federales, senadores e incluso hasta gobernadores.

Muchos actos de corrupción llenaron su vida, era su forma de vivir según narran algunos que lo conocieron o trataron.

Muchos de los colegas son apapachados por funcionarios que quieren seguir gozando de la fama sin ser criticados y es cuando se forma la dupla y se dice que la corrupción es de dos.

En el periodismo por ser una actividad íntimamente ligada a las esferas del poder se da el uso y el abuso del alcohol y drogas. Hay de todo. Sin embargo, esto se viene erradicando, cada día son menos los casos.

Las historias de los viejos periodistas del Siglo XX hablan de un Carlos Denegri gran narrador, director de la publicación ya desaparecida Revista de Revistas y colaborador de la muy famosa revista Life.

Amigo, por lo menos cercano, a muchos de los hombres del poder político y económico, parecía que no había barreras a sus deseos y a sus caprichos. Y sí, se hablaba abiertamente de tráfico de influencias, cuando no de corrupción.

Carlos Denegri combinaba triunfos periodísticos, como sus entrevistas a Martin Luther King, John Kennedy, Francisco Franco, Golda Meir y muchos más, con un mundo mucho menos luminoso, donde los secretos personales, los negocios turbios y los errores del pasado, se convertían en mercancía que le redituaba buenos beneficios, fuera por explotarlos publicándolos o por conservarlos en las sombras, para alivio de sus propietarios.

Alrededor de Carlos Denegri había una oscura fama: tenía el poder para acabar a sus enemigos, y el peso para recomendar o encumbrar a quienes le simpatizaban. Su famoso archivo era legendario, y no eran pocos los que aseguraba que aparecer en su columna y ser bien tratado, costaba una buena cantidad de pesos. Con los años, con la crisis periodística que supuso la cobertura del movimiento estudiantil de 1968 y la modificación de la línea editorial del periódico Excélsior, dirigido por Julio Scherer, la estrella de Denegri empezó a declinar. Los tiempos empezaban a cambiar, el periodismo también. Poco a poco, Scherer había ido alejando a Denegri de las coberturas principales. Pero aquel hombre todavía tenía poder. Desarrolló una importante adicción a las bebidas alcohólicas, y bajo los efectos de la borrachera podía volverse muy violento.

CD/YC

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