Abr 07, 2023 / 08:54

Del archivo. Miguel de la Madrid

***Del archivo. No obstante la preparación de los hombres que integraron el equipo de trabajo del presidente Miguel de la Madrid, frente a un proceso inflacionario de casi el cien por ciento, sólo atinaron a instrumentar un mínimo de políticas para evitar un estallido social en el corto plazo. Los precios internacionales del petróleo siguieron a la baja hasta 1985 y las exportaciones representaban casi el 60 por ciento de la captación de divisas, es decir, la crisis económica seguía ahondándose. Por si fuera poco, en septiembre de ese mismo año se sucedió un terremoto que devasto la capital del país. Sus habitantes, a quienes se les consideraba indiferentes a lo que se la sucesión presidencial sucedía en su entorno, en minutos rebasaron cualquier programa de emergencia gubernamental y se organizaron para prestar auxilio a los afectados. Esta actitud marcó un hito en la historia contemporánea del entonces Distrito Federal y a nivel nacional, a semejanza de las secuelas de los crímenes de 1968, las autoridades promovieron reformas y programas sociales incompatibles con sus planes de gobierno. Según la propia versión de De la Madrid, imprimió “nuevas modalidades” para que los priistas decidieran cuál sería su candidato a la Presidencia. Para ello realizó una especie de pasarela, donde cada aspirante expuso su programa político, pero con todo y esto inclinó la balanza por su secretario de Programación y presupuesto, Carlos Salinas de Gortari. Sabía que esta decisión le acarrearía turbulencias, pero eso no obstó para hacerlo de otra manera, incluso se empeñó en ser el artífice de la conducción del proceso y su calendario, al menos en las fechas más relevantes.

A la turbulencia que se refería Miguel de la Madrid fue al surgimiento de la Corriente Democrática del PRI, misma a la cual su secretario de Gobernación, Manuel Bartlett y él subestimaron.

CD/YC

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