Feb 27, 2023 / 00:56

El Síndrome de Asperger ya es considerado como enfermedad

Este 18 de febrero se conmemoró, por encargo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Día Mundial del Síndrome de Asperger. Este día en específico porque es el día del nacimiento del científico Hans Asperger, primero en describir este padecimiento.

Se trata de un problema del desarrollo del sistema nervioso central que se ubica dentro de los desórdenes del Espectro Autista. Es muchas veces mencionada como un autismo de afección más moderada.

Hay que decir que el hecho de hablar ahora de espectro autista es algo que hace todo el sentido.

Ya no se conceptualizan como patologías fijas al autismo, al Síndrome de Asperger o a otros problemas del neurodesarrollo; sino que, al colocarlos dentro de un espectro, nos permite identificarlos rápidamente, no perder el tiempo en encuadrar a los pacientes, y más bien centrarnos en observar cuáles son sus síntomas principales y estructurar una forma beneficiosa de ayudarlos.

Para los que tenemos más de 40 años nos es fácil recordar una película con Dustin Hoffman y Tom Cruise llamada en castellano “Cuando los hermanos se encuentran”, donde un autista con grandes habilidades matemáticas logra descifrar los protocolos del azar en los juegos de cartas de los casinos.

Quizás el aspecto más rescatable es el hecho de la gran actuación de Hoffman retratando el muy corto rango de expresión emocional del personaje que le valió el Óscar a mejor actor ese año.

Ya más cercano a la época actual contamos con el caso de Sheldon Cooper de la serie “Big Bang Theory” donde se retrata a un científico portador de Síndrome de Asperger, igualmente con una inteligencia superior, pero muy torpe en las habilidades sociales a un nivel que causa gracia y nos tenía divertidos continuamente durante media hora.

(Hay que aclarar que es un mito, las personas con estos padecimientos no tienen diferencias en la repartición de coeficientes intelectuales que el resto de la población).

Siguiendo esta línea existen las sospechas fundadas de que Steve Jobs, el fundador de Apple, también sufrió de Síndrome de Asperger; y que incluso, Albert Einstein, el famoso físico de la teoría de la relatividad era portador de un grado de autismo.

Hay que decir que, en su presentación habitual, comienzan con algunos retrasos en la formación del lenguaje, hasta después de los dos años de edad, para posteriormente hacerse visible su poca propensión a hacer contactos sociales, no sostienen la mirada, se expresan en monólogos y no en conversaciones entre dos o más, y conforme van creciendo, con el uso de un lenguaje que no es el habitual para su edad, con demasiada propiedad.

Usualmente se enfocan en temas fijos, de los cuales quieren aprender todo lo posible. Así mismo, manifiestan una exagerada sensibilidad a los estímulos molestos del medio ambiente, como luces o ruidos estridentes.

Pueden pasar desapercibidos hasta momentos de su desarrollo donde se esperaría que comenzaran a ser más importantes la formación de equipos y grupos con la finalidad de conseguir objetivos.

Incluso, no es raro que contemos con adultos que nunca fueron detectados con el diagnóstico.

Hay que mencionar que la correcta identificación requiere de evaluaciones por expertos en psiquiatría infantil, que pueden corroborar la sospecha a través de pruebas y cuestionarios especializados.

Si es muy relevante tener un manejo de forma temprana ya que esto cambia dramáticamente su calidad de vida, con mejor desempeño académico, orientando adecuadamente su elección vocacional, logrando una vida independiente, una socialización aceptable y, en ocasiones, hasta una vida de pareja.

El manejo es multidisciplinario, con formación de rutinas de estilo de vida saludable, conducción cognitivo conductual enfocándose en objetivos específicos de vida, así como manejo del estrés secundario, y el uso inteligente de la farmacoterapia para el control de las patologías asociadas como los trastornos de ansiedad.

Es muy importante recordar que ahora, al síndrome de Asperger, como a la mayoría de los desórdenes del espectro autista, e incluso al Trastorno por Déficit de Atención se les ubica dentro del concepto de la neurodivergencia.

Ya no se les considera más como enfermedades, sino como condiciones diferentes del sistema nervioso central. Esto nos obliga a centrarnos más en sus cualidades que en sus defectos, colocando al manejo en un nivel donde el mejor beneficio se logra potencializando sus virtudes, que remarcando sus fallas.

Con información de: sumedico.com

CD/JV

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