Nov 09, 2022 / 09:20

No tiene desperdicio el libro titulado “Orfandad el padre y el político” de Federico Reyes Heroles

***Cuando Luis Echeverría Álvarez corrió a Reyes Heroles del PRI le ofreció la dirección del Seguro Social, institución que conocía muy bien y que además quería mucho. Reyes Heroles necesitaba un ingreso porque eso del ahorro para las secas no lo aprendió sino hasta muy tarde. No tiene desperdicio el libro titulado “Orfandad el padre y el político” de Federico Reyes Heroles donde habla parte de la vida y obra de su padre el tuxpeño Jesús Reyes Heroles.

A las pocas semanas de haber dejado Pemex, en 1970, mi padre entró en crisis porque no tenía ingresos. ¡No tenía para pagar la gasolina! Fue por eso que aceptó dirigir el Complejo Industrial de Ciudad Sahagún, necesitaba el sueldo. Pero su desprecio por Echeverría estaba vivo. Me voy a hacer cochecitos, declaró a la prensa, él que era considerado gran ideólogo. De nuevo: la necesidad tiene cara de hereje. Por cierto, Reyes Heroles difícilmente entendía la combustión interna y manejaba que daba miedo (de lo mal). Al rato ya presumía el lanzamiento del Renault 12, o el nuevo Dinalpin. Cuando Díaz Ordaz se enteró del sueldo mensual de su ex director, que era equivalente al subdirector del IMSS, lo regañó: cómo no me dijo, abogado. A Reyes Heroles no se le daba eso de pedir aumentos. Regresemos al IMSS, a su segunda vuelta, como director.

Las giras disminuyeron, pero cuando se podía, mi padre aprovechaba para invitar a mi madre si el lugar era atractivo. Inaugurar una clínica en Puerto Vallarta, por ejemplo. Pero visitar un hospital en Coatzacoalcos no era muy apasionante, así que el invitado era yo. Su trabajo en el IMSS le encantaba, pero empecé a notar algo raro. Cuando llegaba por él a la oficina para irnos al aeropuerto, normalmente los viernes en la tarde, salían de ella personajes que no tenían nada que ver con el IMSS: diputados y senadores de la oposición, intelectuales que no iban a pedir atención o un aumento en su pensión. Nunca vi a Reyes Heroles hacer tanta política como en esos meses que estuvo en el IMSS como director.

En ese avión pasamos tantas horas que vivimos de todo. No tenía cocina y, cuando más,había una dosis moderada de queso y rebanadas de jamón. Chicles como postre. Un día muy largo en que creo que despegamos de Culiacán y volamos a Tamaulipas, donde comimos después de otro mitin y otra vez hicimos una escala por la tarde —con mitin incluido— antes de volar de regreso a la Ciudad de México, al despegar todo mundo preguntó por los trocitos de queso o lo que fuera. No quedaba nada, faltaban un par de horas de vuelo. Reyes Heroles, también muerto de hambre, llamó al copiloto y le preguntó con toda ingenuidad aeronáutica, oiga capitán, ¿no podríamos hacer una escala en Veracruz para comer unos camaroncitos y unos langostinos de El Prendes? Así fue, pasamos a cenar a Veracruz y ya con la panza llena el corazón estuvo más contento. De allí la inviolable regla de las giras: cuando puedas comer come, aunque no tengas hambre; cuando puedas ir al baño ve, aunque no tengas ganas.

    Veracruzanos le ganan al tabasqueño. Estando en la SEP un periodicucho de mala muerte de Tabasco publicó una nota en la cual afirmaba que Reyes Heroles había malversado en su favor alrededor de mil millones de pesos.

Yo estudiaba Derecho y por la noche llegue furioso, alguna acción jurídica debíamos emprender.

Envalentonado desde las aulas, no comprendí su reacción. Son los Cantón Zetina, no valen nada, son basura y todo mundo lo sabe. Pues basura o no estaban ensuciando su nombre y de pasada el de la familia. Es muy difícil ganarles, me dijo, son extorsionadores profesionales. Después de una larga charla logré convencerlo de que me permitiera hablar con Rodolfo Duarte Rivas, excelente abogado y amigo de verdad. Él interpuso la demanda. Más o menos un año después de fallecido Reyes Heroles, me habló Rodolfo para decirme que habíamos —es un decir: que él había—ganado la demanda post mortem. La sentencia obligaba a la reparación del daño con unos cuantos pesos o algo así. Eso no importaba, sí en cambio que no se salieran con la suya. Se logró.

CD/YC

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