Nov 07, 2022 / 08:22

Reyes Heroles no quiso gobernar de Veracruz

Pocos saben que don Jesús Reyes Heroles no quiso ser gobernador de Veracruz y como en política no hay espacios vacíos ese hueco lo llenó Agustín Acosta Lagunes. No tiene desperdicio el libro titulado “Orfandad el padre y el político” de Federico Reyes Heroles donde habla parte de la vida y obra de su padre el tuxpeño Jesús Reyes Heroles. La relación con Gustavo Díaz Ordaz, que partió de cero, se fue volviendo intensa en lo profesional. El presidente consultaba con don Jesús Reyes Heroles asuntos políticos que estaban totalmente fuera de sus competencias. Díaz Ordaz no lo ocultó, por el contrario, se lo hizo saber a otros colaboradores, entre ellos, a Luis Echeverría Álvarez que lo tomó como una afrenta personal. Reyes Heroles platicaba lo incómodo de la situación. Él simplemente respondía a las peticiones del presidente y externaba su opinión. Díaz Ordaz le pedía ideas para sus discursos y la pluma de Reyes Heroles respondía.

El presidente era exigente con la prosa discursiva y Reyes Heroles gozaba esa exigencia, lo describía como un hombre culto, que leía. Lentamente las tensiones fueron creciendo, sobre todo cuando se inició el movimiento estudiantil. Reyes Heroles, se inclinaba por la negociación. La postura de la Secretaría de Gobernación era muy diferente, puertas cerradas. El presidente autorizó a Reyes Heroles a coordinar al ala negociadora. Hubo varios encuentros donde Jorge de la Vega Domínguez y Andrés Caso Lombardo trataron de tender puentes. Pero claro, la decisión central estaba en Bucareli. ¿Fueron un fracaso las negociaciones? Por los hechos se puede decir que sí. Siempre estaría la versión contrafactual: ¿y si no hubieran existido estas conversaciones? ¿Cuál hubiera sido el derrotero del conflicto? Pero quizá lo más preocupante fue que Reyes Heroles en varias ocasiones descubrió que el presidente no estaba informado o estaba mal informado. Las deformaciones venían de Bucareli, y no eran casuales. En el archivo de Reyes Heroles depositado en el Centro de Estudios Históricos Carso se pueden consultar los episodios.

Ese archivo surgió de una maña que se convirtió en manía. Cuando Reyes Heroles tenía acuerdos presidenciales llegaba a dictar unas notas, un ayudamemoria que le sirviese para hilvanar cómo se daban los razonamientos. Pero las notas se volvieron cada vez más frecuentes y a ellas se agregaron recortes periodísticos, cartas, telegramas, documentos internos, expresiones aisladas que algo debían decirle. El archivo, por denominarlo de alguna forma, creció y muchas jornadas de trabajo terminaban con un breve dictado sobre los asuntos del día. La manía lo siguió durante toda su vida política.

Con experiencia en eso de los despidos, Reyes Heroles asumió su salida de Gobernacióncomo un exilio. Sin embargo, López Portillo trató de tender un puente. Le pidió al maestro Antonio Martínez Báez, quien había sido maestro de los dos, que organizara una cena en su casa e invitara a Reyes Heroles. Allí llegó quien se encontraba en el total ostracismo investigando a Gutiérrez de Estrada y también la Razón de Estado. El anfitrión los sentó uno frente al otro, rompiendo protocolos. Comenzó la charla y ya en el plato principal López Portillo le lanzó a Reyes Heroles algo así como, Chucho, ¿no te gustaría irte a vivir a Xalapa seis años? Por qué no te lanzas de candidato a Veracruz, tendrías todo nuestro apoyo. El silencio no fue prolongado, Reyes Heroles intuyó el motivo de la extraña reunión. No gracias, no mientras López Portillo sea presidente.

Pobre maestro Martínez Báez, la situación se tornó ríspida. López Portillo no comió postre, se levantó y se fue minutos después de la respuesta.

CD/YC

Otras: