Ago 11, 2022 / 09:59

Que no les gustó la de Catarina

En Misantla una mujer pidió que cuando muriera dejaran encima de su bóveda un miembro masculino.

La alegría y la grosería eran parte de su carácter y así recuerdan familiares y vecinos a Catarina Orduña Pérez, de Ignacio Zaragoza, comunidad de Misantla, Veracruz, quien vivió como quiso y murió a los 100 años.

Su hija Obdulia Limón Orduña, recuerda con admiración a su madre, cuya petición antes de morir ha desatado toda clase de controversias en el pequeño pueblo, donde no todos aceptan que entre imágenes de vírgenes, santos y Dios, se haya levantado un miembro fálico sobre la tumba de doña Cata.

“Ella fue una señora muy guerrera, muy trabajadora, ella se iban con los hombres del ejido a trabajar, cuando venía Procede a medir tierras porque ella siempre quería un cachito y ella andaba ahora si como dice el dicho, lambiéndoles para que le dieran un cachito; se llevaba su machete y decía, déjame hija voy a ir, a ver qué hago, siempre luchando por tener un pedacito de tierra…se iba al campo a sembrar a cosechar maíz a cortar café, se cargaba comales, leña siempre era un hombre, pero era muy relaja, grosera”.

Su cuñada, Felipa Tejeda, la recuerda igual, “Era muy alegre, bailarina relaja para terminar pronto…fue campesina, cargaba leña y todo, fue muy trabajadora, ella fue buena, muy relaja, corriente…ella fue papá y mamá pa terminar pronto”.

Su nieto, a quien crio como su hijo y quien fue alcalde de Misantla, Álvaro Mota Limón, fue el encargado de cumplir el deseo de la anciana fallecida a los 100 años.

Hoy recolectan firmas para que el monumento sea retirado, pero desde el ayuntamiento los ediles han dicho que no hay ningún reglamento que prohíba colocar algo así sobre la tumba, aunque el cementerio se ubique a menos de 300 metros de escuelas, centro de salud y domo deportivo.

El valor de la imagen para la anciana misanteca no residía solo en lo sexual, asegura su nieto.

“Ella asociaba la figura del miembro viril con el coraje, el ímpetu y la pasión que una persona debe tener; que el morbo se lo da cada quien. Es increíble que haya estatuas satánicas y de la muerte y nadie dice nada, y de algo tan natural del que provenimos todos, se le cuestione tanto A nadie se le obliga a venir a verla o a qué acepte que aquí la pusimos. Nosotros respetamos la opinión de todos, pero estamos en contra de que haya voces que digan que estamos mal”.

CD/YC

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