Novelista y periodista, nació el 21 de febrero de 1913 en San Luis Potosí, San Luis Potosí y murió el 6 de octubre de 1978 en México, Distrito Federal (Hoy Ciudad de México) asesinada a machetazos al lado de su esposo, Gilberto Flores Muñoz, con quien se había casado medio siglo atrás y que había sido secretario de Agricultura, gobernador de Nayarit y director de la Comisión Nacional de la Industria Azucarera.

Su primer cuento “La Condesa de Miravalle” apareció en el diario capitalino La Prensa. Colaboró con seudónimos en El Universal Ilustrado; en El Día su columna se llamó “Crónicas al vuelo”, y en otros diarios y revistas nacionales generalmente firmaba con el seudónimo de Selene.

Martha Robles analizó la obra literaria de María Asunción Izquierdo y anotó, entre otras cosas, lo siguiente:

De tantos seudónimos como tuviera en vida, sólo queda el nombre que fuera tema de una noticia sangrienta, borrándose lo escrito por Alba Sandoiz, Pablo María Fonsalba, A. Izquierdo Albiña o Ana Mairena. Asunción Izquierdo de Flores Muñoz no podrá separarse del destino de doña Mercedes de Los extraordinarios (1961), quien anticipara la secreta advertencia de su propio fin… Asunción Izquierdo, y esto es lo insólito, padeció la obsesión de la muerte trágica. Parecería que se liberó de un mismo sueño: La muerte por el filo acerado de un machete. La violencia domina sus páginas.

Asunción Izquierdo escribió en una carta fechada el 28 de enero de 1974:

… el periodismo no me fue nunca un campo ajeno, lo practiqué a bien tierna edad, y por varios años comimos de ello cuando él (su esposo, Gilberto Flores Muñoz) aún no podía sostener decentemente un hogar y ya mis padres habían rehusado a seguir siendo explotados. Y mire que, por aquel entonces, se pagaba bastante mal, así estaba yo abrumada de colaboraciones aquí y allá, han de saber—secreto que guardé toda la vida – que cuanto artículo periodístico, publicación de panfletos, proclamas, etcétera, firmados por él fueron realmente míos.

Hasta los informes del gobierno de Nayarit y, en una canción, la respuesta presidencial a un informe rendido por el Presidente de turno y ni siquiera para él, pues que lo fue para el líder de las Cámaras de aquel tiempo, Eugenio Prado, forma de alcanzar para él mayores prebendas. La vida mía fue siempre muy rica en trabajo para los otros. Punto.

Entre otras noveles escribió: Andréida (el tercer sexo) (1938); La selva encantada (1945); Taetzani (1946); La ciudad sobre el lago (1949); Los extraordinarios (1961), Cena de cenizas (1975); en cuanto a poesía sus libros fueron: El cántaro a la puerta (1952); Coplas de mi provincia (1955) y El apóstol regresa (farsa en tres actos versificada) (1958).

Gilberto Flores Alavez nació en 1958; nieto de los esposos Flores Muñoz, fue sentenciado a 28 años de cárcel por el doble parricidio, y recibió el beneficio de la preliberación el 10 de octubre de 1989.

CD/YC