Abr 26, 2022 / 06:00

📜 Efemérides del Periodismo Mexicano: Marcelino Dávalos Vázquez

Marcelino Dávalos Vázquez, abogado, político, funcionario y periodista, nació el 26 de abril de 1871 en Guadalajara, Jalisco, y falleció el 19 de septiembre de 1923 en la Ciudad de México; al día siguiente fue sepultado en el Panteón de Dolores.

Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal y luego ingresó a la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde se graduó como abogado en 1900; sin embargo, no se dedicó a ejercer su profesión porque desde muy joven le atrajo la dramaturgia.

Así en el Teatro Renacimiento, luego Teatro Virginia Fábregas, se estrenó El último cuadro la noche del 22 de diciembre de aquel mismo año.

Siguieron otras obras: Jardines trágicos, Así pasan, que constituyeron otros tantos éxitos para el autor.

Al triunfo de don Francisco I. Madero escribió Lo viejo, con referencia a los errores del régimen porfirista, pero la obra se consideró inoportuna porque aún pesaban en el público las costumbres de los últimos 30 años. Inmediatamente siguieron otros trabajos; ¡Indisoluble!, El crimen de Marciano, Águilas y estrellas, y alguna otra.

Fue diputado maderista suplente por el Distrito Federal en la XXVI Legislatura del XXX Congreso de la Unión.

Estuvo preso en la penitenciaría cuando por la traición y el cuartelazo llegó Victoriano Huerta al poder. Pasó al destierro en Texas; más tarde colaboró de nuevo con don Venustiano Carranza; fue diputado en 1916-1917 del ayuntamiento de la Ciudad de México.

Hizo labor periodística en El Mundo Ilustrado, Artes y Letras, Álbum Salón y El Universal.

En la nota necrológica del 20 de septiembre de 1923 aparecida en El Universal, el escritor y periodista Carlos González Peña, que fue amigo de Marcelino Dávalos, anotó que éste cuando volvió a la patria abandonando para siempre la ciudad tejana poblada de negros, la ciudad donde evocó, entre el rugir de las locomotoras y el estallido de los silbatos de las fábricas, su guitarra tapatía, sus canciones y sus dramas; cuando retornó a la patria, venía desengañado y, tal vez en el fondo, muy en el fondo de su alma, convencido de haber errado el camino…

Se refugió en el periodismo. Vivía aislado; un poco olvidado; triste, pero sin que le abandonara nunca aquel gesto de bondad y de paz que le conocimos así en los días gratos como en los aciagos… Toda una época había pasado ya… y se marchó en silencio.

José Rojas Garcidueñas apuntó en el prólogo de Así pasan, escrito en 1945:

Un grave mal – tuberculosis en el estómago, probablemente – lo consumió.

Seguía trabajando, acudía puntual y diariamente a la redacción de El Universal; luego dejó de vérsele unos cuantos días, pero como eran las fiestas patrias de septiembre, los compañeros no lo advirtieron y aunque las apariencias de su grave estado eran manifiestas de tiempo atrás, fue una sorpresa dolorosa la noticia de su muerte.

CD/YC

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