“El periodismo, fuerza viva de las democracias, órgano palpitante de las libertades públicas” fue una de las ideas centrales de Manuel Sánchez Mármol quien nació el 24 de mayo de 1839 en Cunduacán, Tabasco, y falleció el 6 de marzo de 1912 en la Ciudad de México. A los 14 años de edad, en junio de 1853, recibe una beca y se va a estudiar al Seminario Conciliar de San Ildefonso, en Mérida, Yucatán. Cinco años más tarde concluye sus estudios de filosofía.

Opta por estudiar jurisprudencia pero en1860 sin abandonar sus estudios de derecho, inicia los de medicina; cuando se enfrenta con los cadáveres para practicar disecciones, se da cuenta de que no estaba en lo suyo y se concentra en sus estudios de abogado.

Desde que estudiaba el bachillerato de filosofía, sintió afición por las letras y en colaboración con su condiscípulo Serapio Baqueiro redactó un periódico manuscrito, titulado El Rayo, al que más tarde siguió otro, también manuscrito, El Investigador. En aquellos días Yucatán, del cual formaba parte. Sánchez Mármol canalizó sus inquietudes en la literatura. Organizó una sociedad literaria, “La Concordia”, cuyo órgano fue el periódico semanario La Guirnalda.

Otro problema agitaba la política yucateca con la pretensión de Campeche de separarse de Yucatán, del cual formaba parte. Sánchez Mármol se oponía a esta decisión y con Pedro de Regil, Eligio Ancona y Ramón Aldana fundó un semanario político, El Clamor Público.

Durante la intervención francesa se alinea con el presidente Juárez y funda en Tabasco el semanario político El Águila Azteca, en 1871 es diputado del sexto Congreso de la Unión y fue reelecto para el séptimo y el octavo. Durante el porfiriato fue diputado y senador, 1902, en México y su evolución social, anota:

Hijos gemelos de la libertad, a la vez que sus paladines, son el periodismo y la oratoria. De ella nacidos, con ella viven y crecen, con ella se identifican, por ella pugnan hasta el sacrificio, como que es ella su condición necesaria de vida. Muerta la libertad, vano sería buscar en las hojas impresas el latido del periodismo o el grito de la oratoria; aquel es su yugular, ésta su voz.

Necesaria manifestación de la vida de las democracias, el periodismo, allí donde éstas existen, tienen por misión reclamar y sostener la opinión del pueblo, de las grandes agrupaciones populares, según los matrices en que aquellas se halla dividida.

Además de La Guirnalda, La Burla, El Águila Azteca, El Tribuno y El radical (1867), periódicos de la Ciudad de México, escribió en El álbum Yucateco, El Repertorio Pintoresco, y colaboró en el Siglo Diez  y Nueve en 1862.

CD/YC